Durante un día de operación en el servicio de mensajería de Amazon, los repartidores escanean las etiquetas de cada paquete que entregan a los clientes. Cuando al escanear un etiqueta aparece un mensaje de error, el mensajero tiene tres opciones: llamar a su supervisor para informar del problema; devolver el paquete al almacén al final del día; o quedarse con el paquete.
Según explican, el mensaje de error al escanear un paquete significa que el sistema no está detectando el paquete, y como consecuencia en caso de desaparición no activará la alarma correspondiente. Una forma que parece ser utilizada por algunos repartidos de la compañía para apropiarse de forma indevida los paquetes. Ante esto, Amazon quiere tomar cartas sobre el asunto para detectar a los repartidores 'ladrones'.
Para ello, Amazon estaría implementando una nueva estrategia en su servicio de reparto, que consistiría en meter paquetes falsos, muchas veces vacíos, para ver cómo reacciona el repartidor y así poder atrapar a aquellos mensajeros que están robando paquetes. Una trampa que se hace con toda la intención con el objetivo es verificar la integridad del repartidor, y proviene directamente de las oficinas corporativas de Amazon en Seattle, Estados Unidos
Esta práctica es una respuesta ante el aumento en el robo de paquetes, algo que se estaría convirtiendo en un problema tanto para la compañía como para las compañías que venden usando la plataforma de Amazon.