El fútbol es mucho más que una pasión y una religión en Argentina. Lo es todo. En el torneo Consular, organizado por la APYFAB (Asociación de Peñas y Filiales Argentinas de Barcelona) y que se ha celebrado este viernes en Barcelona, la pelota y la gastronomía mezclan bien. También las rivalidades deportivas. En el stand argentino, donde no faltaban las empanadas, el choripán, el dulce de leche ni el Fernet (un vermut), conviven hinchas de Independiente y Racing, de Boca Juniors y River Plate en perfecta armonía.

Sergio es el presidente de la única peña oficial de Boca Juniors en Europa y una enciclopeia del club más popular de Argentina. El amarillo y el azul son sus colores, pero en su casa conviven con el rojo y el blanco de River Plate, el eterno rival y el color de Fernanda, su mujer. “Tiene una camiseta, pero que conste que ni la toco”, dice Sergio. Marcelo, su eterno compañero, es de Independiente. Igual que su mujer, Sandra, y Cristian. Chily, en cambio, es de Racing. 

“Este torneo, en el que participan ocho países americanos (Argentina, Perú, Uruguay, Bolivia, República Dominicana, México, Venezuela y Chile) es un gran acierto porque el fútbol une a la gente”, recalca Cristian, a quien su hijo un día le criticó que le quisiera menos que a Independiente.

LA SELECCIÓN ES OTRA COSA

La selección argentina es otra cosa. La albiceleste los une a todos. En el torneo Consular, en cambio, no son una potencia. Al contrario. En el primer partido han recibido seis goles de Bolivia. “El futuro Messi no saldrá de Barcelona; saldrá de la calle”, insiste Cristian, quien dice que Lanús “tiene un chavalito que apunta muy alto”.

Cristian, Sergio, Marcelo y muchos más comparten pasiones y rivalidades. El fútbol hierve por sus sangres, pero los piques son divertidos, “nada violentos”. Y tienen claro que en Barcelona, una ciudad abierta y cosmopolita, se vive muy bien.

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