Las llegada de nuevas tecnologías han propiciado hábitos extraños hasta hace unos años. Uno de los más extendidos es, sin duda, enviar un pantallazo de una conversación a otra persona para ilustrar lo que le explicas. Hasta ahí todo bien. El problema viene cuando una persona comparte una captura de una charla en la que no participa. Esta simple acción podría costarte hasta un año de cárcel. ¿El delito? Revelación de secretos.
Whatsapp quiere poner fin a esta posibilidad. Las próximas actualizaciones garantizarán mucho mejor la privacidad de los usuarios, se necesitará la huella dactilar para entrar a las conversaciones. Al activar esta opción, la aplicación bloqueará tu capacidad de hacer capturas de pantalla, según ha confirmado el portal especializado WAbetaInfo.
'SEXTING': LO MÁS COMPARTIDO
Una manera eficaz de garantizar que las conversaciones sean realmente privadas. Porque, no lo olvidemos, por mucho que tengan lugar a través de una aplicación en un smartphone, siguen siendo privadas. Algo de lo que todavía no somos conscientes. De hecho, según una investigación de científicos de la Universidad de Indiana, las charlas con sexting tienen un 25% de posibilidades más de ser compartidas que una charla normal. La captura de pantalla podría llegar hasta a tres personas por este hábito.
Esta práctica, aparte de ser deshonesta, va contra la ley. Rodrigo López Garrido, abogado especializado en ciberdelitos, explica que si alguien te denuncia por este hábito ""puedes aferrarte a la privacidad de la fuente y decir que te ha cedido esa captura, pero eso no te ampara ante la ley". El experto, en declaraciones a Xataka, aclara que esto es "descubrimiento y revelación de secretos".
Al final, si tú no formas parte de la conversación, es mejor aguantarse las ganas de difundir el mensaje, por muy gracioso que sea. Hay que tener en cuenta que cada vez más personas están concienciadas sobre la privacidad digital, por lo que no es improbable que recibamos una denuncia. Quizá lo mejor sea no tener la opción delante.