El juego de la muerte, el peligroso reto que viraliza el estrangulamiento
Esta práctica se está realizando en distintos colegios, y los alumnos la adoptan como algo divertido
30 mayo, 2019 13:58Noticias relacionadas
Hoy en día la gente hace de todo por conseguir me gustas y seguidores. Una de las formas más fáciles de empezar en las redes sociales es hacer retos, aunque algunos no tengan ningún peligro y sean divertidos, otros pueden llegar a rozar el peligro de muerte.
PONER EN PELIGRO LA VIDA POR UN PUÑADO DE ME GUSTAS
Cuando se estrenó la película de Netflix A Ciegas, multitud de personas decidieron hacer el Bird Box Challenge, que consistía en ir por la calle con los ojos vendados, al igual que la protagonista. Este ya generó multitud de accidentes, pero el nuevo reto ha conseguido que se activen todavía más las alarmas.
Aunque los Estados Unidos suelen ser los pioneros en crear los retos más salvajes, esta vez España se ha llevado la palma. Los más jóvenes estrangulan durante ocho segundos a un compañero, que cae inconsciente al suelo hasta que su cuerpo comienza a reaccionar. Los espasmos aterrorizan a los que se encuentran contemplando la brutal situación, y de repente cuando todo el mundo piensa que ha muerto se despierta llevándose las manos a la cabeza agobiado por lo que ha estado a punto de sucederle.
⚠️ALERTA‼️
— Policía Local de Granada (@Policia_Granada) 28 de mayo de 2019
Esta mañana hemos estado en un IES de #Granada porque hemos detectado a menores de ESO grabándose con el móvil y subiendo a #RRSS el reto #JuegoDeLaMuerte (ahorcar a alguien hasta la inconsciencia). Padres y madres, revisad sus móviles y advertidles del peligro. pic.twitter.com/KqHNWyFLHE
VIDA O MUERTE
Lo que más gusta a los que practican el reto es la delgada línea que existe entre la vida y la muerte. Tal como aseguran sus creadores, ocho segundos son el límite de tiempo que puede soportar una persona estrangulada.
Los agentes policiales se han puesto manos a la obra para acabar con el reto que podría cobrarse más de una vida. En Barcelona ya se han dado algunos casos de esta práctica terrible, y las escuelas temen que se ponga de moda.