Al escuchar “mi casa, teléfono”, todos recordamos la película que reflejó la amistad más bonita del cine. Es una de las frases más emblemáticas de Hollywood, de una de las mejores películas de la historia. Hablamos de ‘E.T. el Extraterrestre’ (1982), la gran obra de Steven Spielberg.
Este film esconde numerosas curiosidades que, pese a su popularidad, muchos desconocen. Y una de ellas nos afecta directamente a nosotros, los barceloneses. Porque aunque el largometraje es estadounidense, su personaje principal es... ¡De Barcelona! ¿Lo sabías?
Las claves del origen de E.T.
Para entender el origen de uno de los extraterrestres más queridos de la historia del cine debemos remontarnos a 1983, cuando se estrena la película. Al ver la portada, un dibujante barcelonés no da crédito a lo que sus ojos observan: su creación se ha convertido en una película de Hollywood.
El extraterrestre original se esconde tras un hombre llamado Joaquín Blázquez, originario de Barcelona. Pero en vez de llamarse E.T. –como lo bautiza Steven Spielberg–, este tiene por nombre Melvin. En 1975, este curioso y llamativo personaje cobra vida en la revista americana Warren Magazines a través de unas historias que Blázquez inventa para la editorial. Entonces, Melvin se convirtió rápidamente en uno de los personajes de la mítica revista Cimoc.
¿Posible plagio?
La conexión entre Melvin y E.T. se reveló tiempo después, cuando el equipo de Steven Spielberg se embarcó en la búsqueda de un ser alienígena que cautivara al público. Y lo hizo. Tanto que su leyenda sigue viva a día de hoy. En cambio, la historia de Blázquez, tristemente no.
El ilustrador fue con la revista a Víctor Amela, un periodista de La Vanguardia que relató su historia. Toda una revelación y un escándalo que llegaría a Hollywood. Movido por la sed de justicia, el barcelonés denunció el presunto plagio en los medios y a los tribunales. Pero su recorrido legal fue más que breve: la industria del cine le ganó a este desconocido dibujante catalán. Un duro golpe para el barcelonés que fue posteriormente contado en el documental ‘Melvin contra E.T.’.
Clásico cinematográfico
Los críticos aclamaron la película ‘E.T., el Extraterrestre’ como una historia intemporal de la amistad y la sitúan como el largometraje de ciencia ficción más grande alguna vez realizado. Tanto es así que, en 1994, la cinta fue incluida en el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos para su preservación, por ser cultural, histórica y estéticamente significativa.