La plaza Reial es, sin duda, uno de los rincones más emblemáticos y reconocibles de la ciudad de Barcelona. Si estratégica situación, entre las Ramblas y la plaza Sant Jaume, la tranquilidad de sus terrazas, llenas desde primera hora de la mañana, sus porches... Todo invita a conocerla y recorrerla.

Para que todo esté en su sitio, para que los visitantes y vecinos se encuentren a gusto, los comerciantes y restauradores de la plaza trabajan intensamente y, por medio de la Associació d'Amics i Comerciants de la Plaça Reial, mantienen contactos con vecinos y administraciones para que la convivencia sea perfecta.

Enric Gimeno es el presidente de la asociación. Propietario, junto a su familia, del bar Rey de Copas, en el que ahora trabajan tres generaciones familiares, defiende la especificidad de la plaza y reclama que las administraciones les escuchen antes de tomar decisiones que pueden afectar tanto al funcionamiento de los negocios como a la convivencia en el entorno.

¿Cuáles son los principales asuntos que tratan a nivel asociativo?

Ahora mismo estamos a la espera de que el Ayuntamiento haga pública la nueva normativa sobre el uso del espacio público para saber cómo puede afectar a nuestros negocios. Pero eso es algo que afecta a todos los negocios de Barcelona que tengan terraza. Todos están a la espera de lo mismo.

¿Y que creen que puede pasar?

No lo sabemos, pero se debería tener en cuenta que la plaza Reial está situada en una zona histórica muy especial y que por ello tenemos un nivel de exigencia muy alto, mayor que en otros sitios. Hasta ahora, casi nunca que se ha cambiado la reglamentación se ha tenido en cuenta a los locales, y creemos que sería bueno que, por lo menos, nos pidieran nuestra opinión. Sí se le pidió al Gremi de Restauració, pero ellos, como es lógico, dieron una opinión muy general. Actuó correctamente, pero nuestro caso es diferente. Por cuestiones históricas creemos que se debe dar un trato específico a las zonas con un emplazamiento especial.

La venta de latas de manera ilegal es un serio problema en la plaza



¿Por qué reclaman un trato especial?

Somos una plaza, un lugar de encuentro, no solo un lugar de tránsito. Además, estamos en un barrio en el que no hay plazas grandes, y esta es peatonal. Siempre ha sido una plaza de bares y restaurantes muy ligada al ocio de Barcelona. Estamos en un bar, el Glaciar, que está a punto de cumplir 100 años, que lleva muchos años trabajando en el mismo negocio de la restauración. E igual que el locales se han ido adaptando a los tiempos que han vivido, nosotros nos adaptamos al tipo de público que tenemos.

VUELVEN LOS NARCOPISOS

Hasta ahora, ¿cómo les ha ido con la normativa actual?

Hemos cumplido sobradamente y con nota. Tenemos una relación excelente con las administraciones y con los vecinos y creemos que se debe sancionar a los que incumplan la normativa. Pero no es bueno ponernos a todos en el mismo saco.

Ahora ha vuelto a surgir el tema de los narcopisos en el Gòtic, ¿cómo les afecta?

Están empezando a proliferar de nuevo alrededor de la plaza. Aquí sufrimos hace años la explosión de la entrada de la heroína. La plaza se convirtió en un centro de venta de drogas y se veía a la gente como empezaba y crecía su proceso de degradación. Ahora, eso no se ve, esta fuera de la vista y nos encontramos con que ahora afecta mucho a los extranjeros, que vienen aquí por el precio. Pero creo que nos afectara más cuando empieza el verano, ya que es una mala combinación.

Enric Gimeno conoce todos los secretos de la plaza / CR



¿Y la llamada turismofobia?

Nos ha afectado porque nos han puesto a todos en el mismo saco. Creo que los turistas, cuando llegaron a Barcelona, ocuparon un espacio que la gente de aquí no ocupaba. Entonces se decía que mucha gente no iba por debajo de la Gran Vía. Históricamente, las Ramblas, la plaza Reial y la Barceloneta eran sitios donde iba la gente a estar en las terrazas. Pero poco a poco estos espacios se fueron quedando vacíos. Y luego fueron llegando los turistas, sobre todo a partir de los Juegos Olímpicos.

EXCELENTE CONVIVENCIA

En una plaza tan concurrida y especial como esta, ¿cómo es la convivencia con los vecinos?

Tenemos una relación muy buena con casi todos los vecinos, aunque siempre hay alguna excepción. Tanto es así, que muchas veces hacemos de intermediarios de los vecinos con la administración. Al punto de que una de nuestras peticiones es que nosotros, como zona especial, teníamos un estatus de horarios que nos permitía cerrar más tarde y esperamos que eso se recupere. Y los vecinos estarían encantados en que pudiéramos mantener ese horario ya que al estar abiertos hay más gente en la plaza y se genera una cierta sensación de seguridad. Los locales tenemos un código de buenas conductas que todos respetamos. Aplicamos el sentido común y para nosotros es un fracaso si un vecino denuncia a un bar. Si alguna vez pasa, hacemos todo lo posible por entendernos.

¿Cuáles son los temas que más les preocupan?

Actualmente hay dos que nos preocupan especialmente. Uno es el tema de los lateros. Entendemos que ellos tienen que ganarse la vida, pero también que hay alguien que está ganando mucho dinero con ello. Y ante eso se debería actuar. El volumen de venta es tal que los servicios de limpieza de la plaza hacen varios montones de latas vacías para poder recogerlas. El otro tema es el de aquellos que ocupan el espacio público, como los músicos que se plantan en la plaza y están todo el día con la misma canción sin que nadie les diga nada. Además, actúan con el volumen tan alto que incluso los vecinos nos han hecho llegar sus quejas, que hemos trasladado al distrito, pero al parecer la normativa actual no es suficiente. Tema aparte son algunas personas que practican la mendicidad y en ocasiones se ponen violentos y los camareros tienen que salir en defensa de los clientes. Ya hemos avisado a la Guàrdia Urbana a ver qué pueden hacer, pero es comprometido para los camareros que tienen que salir en defensa de los clientes.

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