Un numeroso grupo de inmigrantes se ha instalado en la sede de la antigua escuela Massana, en el barrio del Raval, para reivindicar papeles para todos y protestar por lo que consideran trato discriminatorio a nivel social, laboral e incluso institucional.
Aunque fuentes del ayuntamiento han asegurado que cedió el local, de propiedad municipal, a los inmigrantes, estos han afirmado que en realidad entraron tras reventar la puerta, y que no tienen ninguna intención de abandonarlo. Es más, aseguran que su intención es extender la protesta por toda el área metropolitana y que en este local permanezca un retén.
Desde este local, situado en la plaza de la Gardunya, los encerrados reivindican papeles para todos, derogación de la ley de extranjería, empadronamiento sin domicilio, nacionalidad sin necesidad de superar un examen y sanidad para todos, entre otras peticiones.
Un portavoz de los encerrados ha asegurado que protestan también por la violencia racista y los efectos que tiene sobre las personas. Además, ha confirmado que tienen la intención de mantener el encierro hasta que los responsables de las administraciones se sienten a negociar con ellos y se abran las puertas a la regularización de los inmigrantes sin papeles.
Los encerrados cuentan con el apoyo de varias organizaciones antirracistas y esperan que el ejemplo se extiende por otros distritos de Barcelona y por otras ciudades de su área metropolitana.