Un grupo de okupas conflictivos atormentan desde 2019 a los vecinos del número 9 de la calle Om del Raval. El pasado 3 de marzo, este medio se hacía eco del calvario particular de un residente al que amenazan y acosan. En pocos días intentaron entrar en tres ocasiones en su casa. Los agresores se han adueñado de, al menos, dos pisos del edificio, gestionado por el Ayuntamiento de Barcelona, aunque las okupaciones afectan a otras zonas comunes.
Hasta el pasado viernes, un hombre habitaba un cuartito de la limpieza. Había instalado un sofá, un par de mesas y una estufa para calentarse. El Institut Municipal de l'Habitatge de Barcelona (IMHAB) ordenó tapiar con ladrillos esta suerte de habitación improvisada y otra sala. Durante meses vivió un individuo que, junto a otras personas, tienen a esta comunidad de vecinos atemorizada.
INCIVISMO
Al menos otra persona sigue viviendo en otro espacio común, un rellano por el que se accede al tejado. Un colchón tumbado de manera permanente impide el paso al resto de vecinos. El incivismo en este bloque, donde se trapichea con hachís, es constante, como lo reflejan los restos de orines esparcidos por las paredes. De vez en cuando desaparece ropa tendida del tejado.
Los vecinos han notado más presencia policial desde que este conflicto saltara a los medios de comunicación. El pasado miércoles, la Guardia Urbana detuvo a uno de estos okupas, pero poco parece haber cambiado en las dinámicos de este edificio. Las puertas del inmueble siguen custodiadas por estos individuos que controlan en todo momento quien entra y quien sale del edificio.
El Ayuntamiento asegura que existen diversos procedimientos judiciales para echar a los inquilinos conflictivos que ocupan ilegalmente las viviendas.