Las pocas cámaras unipersonales que tiene la Guardia Urbana de Barcelona no están operativas. En el distrito de Ciutat Vella cuentan con, al menos, cuatro dispositivos que no funcionan. Fuentes policiales señalan a Metrópoli que los agentes salen a la calle con los dispositivos aunque éstos permanecen apagados. Apenas tienen batería y a los pocos minutos de encenderlas se apagan.

A pesar de no registrar ninguna imagen, la cámara tiene un efecto disuasorio en la calle. En situaciones tensas, la presencia de los dispositivos en el pecho de los agentes relaja el ambiente y "tranquiliza" a las personas que se encuentran alteradas. En el céntrico distrito, hay cámaras en todos los turnos (mañana, tarde y noche). Los agentes que tienen un dispositivo asignado las llevan aunque en la práctica no graban.

12 CÁMARAS

Las cámaras se empezaron a usar el 2 de febrero de 2019 mediante una prueba piloto. Se repartieron 12 artilugios entre guardias de Ciutat Vella, Eixample, Sant Martí y Gràcia. También se entregaron a algunos agentes de la UREP (Unidad de Refuerzo de Emergencias y Proximidad), una unidad especializada en orden público, parecida a los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra. En el Eixample las cámaras tampoco funcionan y lo mismo ocurre entre los efectivos de la UREP.

El portavoz de UGT en la Guardia Urbana, Juan Francisco Rodríguez, recuerda que los sindicatos llevan tiempo pidiendo cámaras para todos los agentes. "Es una garantía en las actuaciones policiales y una herramienta eficaz para luchar contra las denuncias falsas", señala.

Desde CSIF ofrecen otra versión, pero con un mismo resultado: los dispositivos no graban. La Central Sindical Independiente de Funcionarios señala que en Ciutat Vella habría cuatro cámaras que no salen a la calle desde hace meses porque los agentes asignados a los dispositivos o bien están de baja, o bien cambiaron de destino.

"Es poco serio que no se hayan asignado a otros agentes", valora Eugenio Zambrano, secretario del sindicato, que muestra su preocupación por esta situación y pide que cada agente de la Guardia Urbana cuente con una de estas cámaras. Fuentes sindicales explican que las cámaras no funcionan porque el software que necesitan para operar no está actualizado.

CÁMARAS QUE NO LLEGAN

En diciembre de 2019, el Ayuntamiento anunció la compra de 150 cámaras, una cantidad que a los sindicatos policiales les resulta insuficiente. En su momento, sin embargo, el consistorio se comprometió a adquirir estos dispositivos.  Un año y medio después, con la pandemia como protagonista durante este tiempo, fuentes sindicales apuntan que el procedimiento para la adquisición de los dispositivos podría desatascarse en los próximos meses. 

Cuando funcionaban a pleno rendimiento, los agentes activaban la cámara pulsando un botón. Los funcionarios están obligados a informar de que están grabando y un piloto que se enciende indica que el dispositivo está en marcha. Estas cámaras están diseñadas para recuperar el contenido gráfico de los 30 segundos previos a la decisión del policía de activarlas.

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