La Barceloneta toma la justicia por su mano para erradicar el incivismo. Tras meses de botellones masivos y la llegada del turismo de borrachera, vecinos del barrio marinero han decidido formar patrullas ciudadanas para imponer el control en la zona.
La "inacción" por parte de las administraciones y la reiteración de este tipo de conductas y actos en los que se producen grandes aglomeraciones sin distancia ni mascarillas, ha hecho que se produzca un malestar generalizado en la zona.
En multitud de ocasiones, los vecinos han denunciado inseguridad, amenazas, destrozos, ruido, suciedad y multitud de estragos que causan este tipo de actos. También han protagonizado sonadas manifestaciones y han pedido la dimisión de la alcaldesa de Barcelona y otros miembros del consistorio --entre ellos el concejal del distrito, Jordi Rabassa--, pero el descontrol solo hace que incrementar.
RECORRIDOS POR EL BARRIO
Según ha podido saber Metrópoli Abierta, desde hace unas semanas algunos vecinos quedan en la calle de las Drassanes para realizar un recorrido por el barrio. Durante este paseo nocturno aleccionan a los incívicos, les lanzan agua y dispersan las grandes concentraciones que se producen en zonas como la playa o el paseo de Joan de Borbó.
Estas patrullas ciudadanas comenzaron con cuatro o cinco participantes y ahora ya suman más de una decena de integrantes, que va creciendo, y que sale cada noche a imponer orden. Se formaron a través de grupos del barrio creados en Facebook. Es a través de esta red social desde la que se hace un llamamiento a la ciudadanía para unirse en la lucha contra el incivismo.
SATURACIÓN VECINAL
Desde la Asociación de Vecinos de la Barceloneta entienden los motivos por los cuales se han llegado a formar este tipo de grupos: "la gente que no ha protestado durante mucho tiempo, ahora lo hace. Entendemos a quien sale a la calle desesperado", explica Manel Martínez, vicepresidente de la entidad vecinal.
A pesar de la comprensión, desde la asociación no apoyan a las patrullas y abogan porque sean las fuerzas del orden las que lleven a cabo este cometido: "decimos que no a las patrullas vecinales porque los vecinos no estamos capacitados. No conocemos leyes y pagamos unos impuestos para que las autoridades lo realicen y den la tranquilidad a la ciudadanía", argumenta Martínez.
TEMEN POSIBLES CONSECUENCIAS
El portavoz vecinal teme que esta iniciativa termine de la peor manera: "nos da miedo que alguien, con toda la razón del mundo, interceda por sus derechos y que reciba una paliza por parte de gente bebida o drogada". "Ningún vecino desesperado se merece enfrentarse a los incívicos y salvajes", añade.
La asociación del barrio marinero exige a las autoridades "que no se columpien" y que sean ellos los que apliquen medidas contundentes para frenar la situación de descontrol que afecta a la Barceloneta.
LA URBANA, EN CONTRA
Requerido por este medio, el departamento de prensa de la Guardia Urbana incide en la peligrosidad que pueden conllevar este tipo de actuaciones vecinales. La policía local pide que "nadie haga el deber de los servicios públicos", ya que "solo los cuerpos policiales están preparados para ellos".
La policía local pide "civismo colectivo por parte de todo el mundo", "tanto como para los que molestan como para el vecindario".
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