La Rambla de Barcelona ha vivido este lunes al mediodía momentos de incertidumbre y también de pánico entre algunos vecinos y turistas. Dos situaciones paralelas que no guardaban ninguna relación entre sí (un hombre herido con un corte en la ducha de un hotel y los petardos de una fiesta mayor) han movilizado a decenas de agentes de policía, bomberos y sanitarios del servicio de emergencias. Muchos tienen en la retina el recuerdo del atentado yihadista de la céntrica avenida, especialmente la víspera del cuarto homenaje de las víctimas del atropello masivo del 17 de agosto de 2017. Finalmente, todo ha quedado en un buen susto.

A las 12.00 los vecinos del Gòtic celebraban las Fiestas de Sant Roc. Como es habitual en muchas celebraciones locales de Cataluña se han escuchado detonaciones de petardos y de material pirotécnico. En paralelo, a un centenar de metros, un turista de nacionalidad marroquí salía corriendo sin camiseta del Hotel Petit Palace (calle de la Boqueria) con una herida en el brazo, según relatan fuentes policiales a Metrópoli

El hombre se había cortado con la mampara de la ducha. El personal del hotel, que ha escuchado los petardos, ha pensado que se producía un atentado. Este ha sido el aviso que ha llegado a los Mossos d'Esquadra, que han activado el protocolo antiterrorista. El regidor de Seguridad, Albert Batlle, ha confirmado este relato ante los medios de comunicación. "Se estaban celebrando las fiestas de Sant Roc y esto ha coincidido con un pequeño accidente doméstico en un hotel de la calle Boqueria. Se ha juntado todo", ha explicado el teniente de alcalde.

TEDAX EN EL HOTEL

Los Mossos han cortado la calle de la Boqueria y han desplegado decenas de agentes de la BRIMO y ARRO, las dos unidades antidisturbios. También se han desplazado patrullas de proximidad ciudadana, agentes de la DIC (División de Investigación Criminal) y miembros de los TEDAX que han descartado la presencia de artefactos explosivos en la habitación del hombre accidentado. La cámara del hotel ha captado como el hombre abandonaba el edificio junto a su mujer y dos hijos con su coche particular en dirección al Hospital Clínic donde ha sido atendido por el corte en el brazo.

Dos agentes de la Brimo entran en la habitación de hotel del turista marroquí / METRÓPOLI ABIERTA



Una hora después de la llegada de la policía, los turistas y comerciantes ofrecían diferentes versiones sobre lo ocurrido. Nicolas Inesta, un visitante francés, escuchó muchas detonaciones seguidas parecidas a las de unos petardos. "Un policía le ha dicho a mi amigo que han sido unos niños que jugaban con unos petardos", comentaba este hombre, que ha pensado que se trataba de un atentado. En su memoria guardia bien el recuerdo del ataque yihadista de La Rambla, pues ese día también se encontraba en la ciudad de visita.

COMERCIOS CERRADOS

"Yo sé como suena una bomba y esto no lo ha sido", aseguraba convencida Elisa, vecina de la calle de Rauric, que vivió de cerca un atentado de ETA en Madrid en los años 90. La policía ha obligado a los comercios a bajar la persiana y los empleados se han encerrado en los locales. "No he pasado miedo, sabía que eran los fuegos de Sant Roc", comentaba Julia, empresaria de la zona.  

A través de su cuenta de Twitter, los Mossos d'Esquadra han descartado un atentado terrorista. "La principal hipótesis indica que se podría tratar del uso de pirotecnia en la calle", ha escrito el cuerpo policial. Pocos minutos antes de las 14.00, policías con armas largas y escudos abandonaban el hotel que habían ocupado dos horas antes bajo la mirada de cámaras de televisión y fotógrafos. Instantes antes un grupo de trabajadoras del hotel entraban en el edificio para regresar a sus puestos de trabajo. 

EL RECUERDO DEL 17A

La casualidad quiso que la ubicación del hotel, la calle de la Boqueria, coincida con el mosaico de Joan Miró de La Rambla, el mismo lugar en el que Younes Abouyaaqoub terminaba la matanza de La Rambla cuatro años atrás. Fue justamente allí donde el joven terrorista abandonaba la furgoneta blanca con la que realizó el atropello masivo. Muchos barceloneses y turistas han pensado este lunes en las imágenes de aquella trágica tarde. Afortunadamente todo ha terminado en una anécdota y un buen susto.

Cordón policial este mediodía en la calle de la Boqueria / PABLO MIRANZO



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