La centenaría pastelería Brunells de Barcelona hace la mejor coca salada de Cataluña. Pese a que su especialidad son los dulces, decidieron incorporar la producción de pan casero a su establecimiento histórico. Y está siendo todo un éxito, que se constata con su reciente distinción en el concurso realizado en la feria Origens de Olot por la que popularmente se conoce como coca de recapte –plato típico de la cocina catalana basado en una masa esponjosa cubierta con escalivada–.
La pieza ganadora, elaborada por el pastelero Andreu Sayó, responsable de la pastelería Brunells, fue una adaptación especial de las cocas que venden en su establecimiento (ubicado en el número 22 de la calle Princesa): pan tradicional, berenjena, butifarra de Perol y un toque final de ricotta y cebollino fino. Además, para acabar de aliñar la coca, le añadieron un toque de aceite hecho con la misma berenjena.
En el concurso compitieron un total de 18 cocas dulces y 11 saladas. El premio fue un lote de 300 quilos de harina de Girona que otorgó el Gremi de Flequers de las comarcas gerundenses.
COCAS DE BRUNELLS
La coca ganadora es una adaptación de su coca de sobrasada. Según ha explicado Sayó a Metrópoli, tuvieron la idea de incorporar la butifarra de Perol para el concurso porque es un ingrediente muy común en las cocas de recapte. Además, el pastelero considera que al fundirse crea una combinación perfecta.
Hasta el momento en la carta de la pastelería cuentan con tres cocas saladas distintas, y todas ellas tienen en común la calidad de su pan, de los "de verdad", que se elabora en un horno especial que solo sirve para elaborar los panes antiguos, como el que utilizan para hacer las cocas. Las propuestas de Brunells son la tradicional coca de escalivada, la coca de sobrasada –que se elabora con berenjena y queso brie– y la coca de longaniza.
PANADERÍA
La elaboración de pan dentro de la pastelería permitió que Brunells crease una distinción especial en sus productos: sus bocadillos y otras de sus elaboraciones saladas estaban hechas con el pan casero que ellos mismos preparaban.
También destinan parte del pan a la venta, aunque desde la pastelería aseguran a Metrópoli que no es su prioridad.
CROISSANTS
El pasado 2020, la Brunells ganó el premio al Mejor Croissant Artesano de Mantequilla de España. Desde entonces, ha sido uno de sus principales reclamos e incluso preparan distintas versiones de su croissant según la época del año.
El comercio centenario, que lleva años elaborando sus piezas artesanas con manteca de cerdo, abrió en 1852 en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera. Hace poco más de un año se reinventó, y nació "la nueva Brunells". A pesar de haber nacido en un momento complicado por la crisis del coronavirus, la nueva imagen del establecimiento ha tenido mucho éxito desde su transformación.