Barcelona es una ciudad en constante cambio. El pasar de los años altera una y otra ver, siempre de forma inexorable, el conjunto de la ciudad. A la vez, cada época de la historia deja si propia huella en la ciudad milenaria, en la que todavía se pueden apreciar vestigios de la roma imperial, el dominio musulmán, la edad media y el resto de edades. Algunos de los símbolos quedan para siempre, otros se van y otros cambian.
Y quizá una de las zonas con más cambios es el centro de la ciudad. Distritos como el de Ciutat Vella, por ser de los más antiguos de la ciudad, son precisamente los que más han cambiado. Coronando el centro se alza el parque de la Ciutadella, uno de los principales pulmones verdes de la ciudad. ¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que había allí antes del actual parque? Si es así, te lo contamos:
LA CIUDADELA
Lo primero a tener en cuenta es que el nombre de Parc de La Ciutadella no es casualidad. Allí se alzó desde el siglo XVIII la ciudadela de Barcelona. Se trata de una gran fortificación ordenada por el rey Felipe V cuya función era doble. Por un lado, convertir a Barcelona en una de las plazas fuertes del mediterráneo. Por la otra, asegurarse el dominio y control total de la población.
Y es que durante la guerra de sucesión que terminó con la victoria del rey francés (de la familia borbónica) Barcelona tuvo que ser tomada por asedio cuando la Generalitat le juró lealtad al candidato de los Austria, Carlos VI. Aún y cuando este último se retiró de la contienda y la guerra había terminado, Barcelona no se rindió y se quedó sola ante las fuerzas monárquicas.
EL BARRIO
Felipe V se quiso asegurar el control con esta imponente fortaleza, capaz de albergar a un gran contingente infantería y sus respectivas dotaciones de artillería. Como ocurriría un siglo después, la idea era poder bombardear Barcelona desde una posición privilegiada.
¿Y qué había antes de la ciudadela? Pues como dice la frase hecha, todo esto antes era campo. La zona del parque, antaño fortificación, quedaba justo fuera de la murallas de la ciudad. Cerca de una de las puertas. Algo parecido ocurrió en la plaza de Catalunya, pero tradicionalmente la plaza era una zona de mercado. Por ello, el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera era un pequeño barrio de pescadores situado extramuros , cerca de donde los vecinos iban a faenar todos los días.