La mayor trama de pisos turísticos ilegales de Barcelona vuelve a la carga

La gran trama de pisos turísticos ilegales reta al Ayuntamiento de Barcelona. Tras la sanción de 600.000 euros que expelió el consistorio a esta inmensa red turística, esta ha vuelto a la carga y ha reactivado sus anuncios en Booking, según apunta La Vanguardia.

El entramado dispone de 37 viviendas con 70 apartamentos sin licencia en la ciudad desde 2016. Hasta la fecha de hoy, el consistorio ha emitido 73 órdenes de cese en curso por pisos turísticos ilegales, que pueden derivar también en los precintos correspondientes.

OTRA SANCIÓN

Según apunta el citado medio, la Guardia Urbana de Barcelona está al corriente del caso y prepara otro expediente sancionador de 600.000 euros, el máximo que permite la ley catalana de turismo.

La principal característica de esta red es que compran pisos, e incluso fincas enteras, mediante un entramado de sociedades (11 empresas detectadas) y personas vinculadas entre sí, donde este multiinfractor tiene una presencia destacada y, según las investigaciones realizadas, se encarga de la gestión de los alojamientos y turistas.

ENTRAMADO CRIMINAL

Posteriormente, segregan los pisos en dos o más apartamentos, realizando obras sin permiso o sin el permiso adecuado, y los alquilan enteros a turistas por menos de 31 días sin tener la licencia de vivienda de uso turístico.

Los responsables de esta red hacen cambios de titularidad de las viviendas entre las personas físicas y las empresas de la trama y presentan contratos de alquiler de larga duración legales. La mayoría de sus infracciones se concentra en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera. La última adquisición detectada por el Ayuntamiento ha sido toda la finca de Giralt el Pellisser 16, donde hay 14 pisos y donde están tratando de expulsar a los vecinos con supuesto mobbing inmobiliario.

EXTORSIÓN INMOBILIARIA

Según denuncian los vecinos, la red criminal está urdiendo un maquiavélico plan para echarlos del piso. Este consiste en llamadas a los interfonos en horas intempestivas, insultos en las escaleras, fugas de agua y cortes del cable de la televisión.

Asimismo, el entramado ha colocado a okupas en algunos de los pisos, que están dinamitando la convivencia en la escalera.