La mítica sala de baile barcelonesa La Paloma vuelve a relucir. Desde que abrió en 1903 en la calle del Tigre, en el barrio del Raval, no todo ha sido color de rosas. El salón más antiguo de Europa y, "el único en el mundo", a juicio de Mercè March, la propietaria del local, ha pisado también un terreno lleno de escollos, que consiguieron pulverizar por un periodo la historia del salón.
El Ayuntamiento dictó el cierre del espacio en 2006 a causa de las quejas vecinales por ruido. Después de 16 años, en 2022, decidieron darle una nueva vida tras insonorizar el local. Aunque a lo largo de 2023 ha ido recuperando su actividad paulatinamente, la mítica sala cogerá impulso con la nueva programación de este otoño, que según aseguran fuentes de la sala, es "la mejor" desde que reabrieron.
Música electrónica
La Paloma ha sabido reinventarse con el transcurso del tiempo, siempre manteniendo su esencia: la orquesta. En sus inicios tocaban géneros musicales como boleros, rumba, chachachá o soul. Sin embargo, a medida que pasaron los años pasó a convivir también la música electrónica.
A partir de las Olimpiadas de Barcelona 92, los jóvenes no querían orquesta, y los mayores se quejaban de que no les querían allí porque habían incorporado otros estilos. Finalmente, decidieron unir la orquesta y los disyóquey para que ambas generaciones pudieran convivir y disfrutar.
La oferta musical más potente
Tras la reapertura de la sala, han conservado los emblemáticos bailes de salón y la orquesta, formada por un hombre y una mujer, que cantan temas actuales y antiguos, los domingos por la tarde. "Nos hemos modernizado un poco, pero mantenemos esta esencia que nos caracteriza", explican a este medio fuentes de la sala.
A su vez, acogen conciertos de distintos grupos, como festivales de jazz y organizan sesiones de DJ los jueves, viernes y sábados, en las que invitan a artistas reconocidos en el mundo de la electrónica y el house.
La sala ha anunciado su programa de otoño, que comprende septiembre, octubre y noviembre, que será el más "potente" hasta la fecha con artistas de renombre como Theo Parrish, quien hace 12 años que no viene a Barcelona y volverá para tocar únicamente en la Paloma.
Programa completo de otoño
Este septiembre el club acogerá a Antal, Machinedrum (Live), una sesión b2b entre Danil Plessow (MCDE) y Hugo LX, y Fantastic Man, residentes habituales de la sala.
En octubre protagonizarán las sesiones de club del sábado Egyptian Lover, Luke Una, Mr. Bongo y Ruby Savage, junto con Glove Party, que también ofrecerá un evento. Las noches de los viernes los liderarán Weval, GAZZI, Softchaos, Chico Blanco y DJ Sweet6teen, entre otras sesiones que correrán a cargo de los grupos locales PPL United, Mainline (Halloween) y ODD CLUB.
Cerrando el otoño, de cara a noviembre, la sala acogerá Theo Parrish (All Night Long), Nightmares On Wax, Bradley Cero (All Night Long) y Hot Chip DJs. Además, se confirmaron fechas para los colectivos locales Poly Ritmo Club, Mainline y Jokkoo Collective.
A las sesiones de club se añaden conciertos de grandes grupos y artistas como Steffen Morrisson, Bombín, Go Go Penguin o Lady Blackbird y los tradicionales bailes de salón de La Paloma todos los domingos por la tarde, para redondear una programación amplia, original y fresca.
Sala abierta en 1903
En 1903, tres amigos fundaron este salón de baile y lo bautizaron con el nombre actual, inspirándose en una de las calles que limita el edificio. Sin embargo, con el tiempo acabaron cediéndosela a Jaume Daura, que era el suministrador de las bebidas. Ramón Daura, su hijo más bohemio, fue quien se hizo cargo de La Paloma.
Daura residió en París y allí se inspiró para dar a la sala un aire "versallesco". Las obras se prolongaron dos largas décadas, desde 1903 hasta 1928. La decoración es obra de Manuel Mestre. En 1915 se construyó la galería del primer piso con los palcos, con cuatro escaleras, una en cada esquina. En 1919 se añadieron las molduras y los relieves dorados. Y en 1928, se colocó la gran lámpara central.
Galería de tiro
Durante la Guerra Civil, la sala se convirtió en una galería de tiro. En la posguerra, reabrió. Para evitar la censura franquista, Daura se inventó un personaje, La Moral, que se paseaba por la pista con un bastón para separar a las parejas que bailaban demasiado agarradas. Ya en la dictadura, la Paloma volvió a ser una sala de baile.
En 1977, Pau Solé, el sobrino nieto de Ramon Daura heredó La Paloma. Tras casarse con él, Mercè March convirtió la sala en su segunda casa --o quizá la primera--, y ahí sigue. Décadas más tarde, los clientes siguen disfrutando de sus bailes de sala los domingos, sus festivales de jazz y las sesiones de DJ los jueves, viernes y sábados.