Raimund Querol, cuarta generación del Espai Quera, la librería más antigua de Barcelona

Raimund Querol, cuarta generación del Espai Quera, la librería más antigua de Barcelona SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Ciutat vella

Raimon, el barcelonés que heredó la librería más antigua de Barcelona: "Tuve que venderla y ahora soy un empleado más"

En el corazón del Gòtic, la centenaria Espai Quera --fundada en 1916-- sobrevive entre mapas, libros y embutidos para "ser atractiva para la sociedad actual"

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En pleno barrio Gòtic de Barcelona, entre callejuelas de piedra y la memoria de sus calles antiguas, donde el vaivén de turistas busca la autenticidad, sobrevive —o mejor dicho, persiste— la librería más antigua de la capital catalana.

Espai Quera

Espai Quera SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Un lugar donde se mezclan la tinta, la montaña, los embutidos, y sobre todo, las generaciones. Su historia no está escrita solo en los libros que vende, sino en las paredes que la sostienen desde 1916.

"Ahora soy un empleado, trabajo mis 8 horas y punto"

Espai Quera, "no es solo una librería": es un legado familiar que ha sobrevivido a guerras, crisis y transformaciones urbanas.

"Esta es la librería más antigua de Barcelona, la abrieron mis bisabuelos el 2 de febrero de 1916", cuenta a Metrópoli Raimon Quera, cuarta generación del negocio.

Hoy, Raimon, el bisnieto de quienes la abrieron, ya no es el dueño. Ahora es empleado de su propio legado. La vida —y la deuda— lo obligaron a vender, pero "el alma del lugar" sigue tal y como la familia Quera la dejó. 

Espai Quera

Espai Quera SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

 “Ahora soy un empleado más. Trabajo mis 8 horas y punto. Pero el proyecto lo compraron y, gracias a eso, la librería sigue abierta. Porque yo ya no tenía recursos para mantenerla", asegura el ahora trabajador.

"La vida me dio una bofetada"

Con luz cálida, estanterías de madera repletas de libros y mapas, unas pocas mesas colocadas cuidadosamente y al fondo, una cocina abierta.

En 2018, tras "una década de deudas y desánimoRaimon "tocó fondo".“Perdí pelo, peso… la vida me dio una bofetada", lamenta.

Mesa del Espai Quera

Mesa del Espai Quera SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Debates internos de "si debía o no cerrar el negocio" le sirvieron de inspiración para "modernizarse" y lograr crear un negocio "atractivo para la sociedad".

Fue en 2019 cuando dio el paso y reconvirtió la librería en "una experiencia híbrida: librería y restaurante", donde los visitantes pueden leer, comer una tabla de quesos, o simplemente mirar.

 “Una experiencia no te la pueden enviar por internet. Un libro sí, un mapa también. Pero no una vivencia", asegura. 

Una cocina que mira más allá

Lo que hoy es la cocina del restaurante también lo fue hace más de 100 años, pero no del restaurante, sino de la casa donde vivía la familia Quera.

Concina abierta del Espai Quera

Concina abierta del Espai Quera SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

 “Mi bisabuela cocinaba justo aquí. Mientras, vigilaba la puerta, algo muy habitual en todos los negocios, ¿no?”, dice Raimon mientras emplata embutido.

Ese detalle resume la esencia del comercio familiar de entonces: "Hogar y tienda eran uno solo".  

Del teatro a la montaña

Cuando abrió, en plena Guerra Mundial, la librería era un punto de encuentro para los amantes del teatro catalán. El bisabuelo de Raimon escribía y editaba obras, y dirigía "dos prestigiosas revistas" junto a nombres como Folch i Torres y Santiago Rusiñol.

“Aquí en esta mesa, por ejemplo, hay obras suyas. Las mesas parecen vitrinas de museo. Un poco lo son. Aquí hay un Hamlet de 1898 traducido por mi bisabuelo," cuenta con orgullo. 

Mesa de la librería con una versión de Hamlet de 1898 traducido por el bisabuelo de Raimund

Mesa de la librería con una versión de Hamlet de 1898 traducido por el bisabuelo de Raimund SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Pero año más tarde, fue su abuelo quien, tras varias excursiones, se enamoró de los caminos. Y cambió la tinta dramática por mapas y guías de montaña. “Fue él quien se enamoró de la montaña y empezó a recopilar el poco material que había", recuerda con emoción Raimon. Luego, fundó con cuatro amigos la Editorial Alpina, una editorial de mapas de montaña que aún existe.

"No es que lea menos, se leen mensajes de Whatsapp"

Las generaciones cambian, los hábitos también. En este rincón que se aferra al pasado, pero con aires de modernidad, también se percibe la "transformación inevitable" del presente.

Raimon lo ha vivido y ha visto cómo el lector tradicional se ha sustituido por un "nuevo tipo de consumidor", más "veloz", más "inmediato".

“La gente tiene menos tiempo para leer. No es que lean menos: leen mensajes de WhatsApp, no tanto libro", añade.

Espai Quera

Espai Quera SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

En medio de esa certeza amarga, una anécdota le asalta la memoria: "Mi abuelo tenía un amigo que cerró su librería y abrió un bar: los mismos clientes que decían que los libros eran caros, después le dejaban propina por las bebidas", cuenta con cierto sarcasmo. 

Un Sant Jordi "injusto"

Como cada abril, la librería está llena de cajas preparadas en la puerta para salir al centro de la ciudad por el día de Sant Jordi. 

Espai Quera con los preparativos para el día de Sant Jordi

Espai Quera con los preparativos para el día de Sant Jordi SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Una de las paredes del local está llena de fotos con marcos dorados. En el medio, una foto amarillenta, tomada en 1946 donde sus abuelos aparecen junto a un mozo en la que era su parada decorada con una gran tienda de campaña.

"Es una librería dedicada a la montaña, pues montábamos una tienda de campaña en nuestra parada, ahora eso es imposible, la policía no nos deja", lamenta. 

Pared de la librería con fotos históricas del local

Pared de la librería con fotos históricas del local SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Para Raimon, el día de Sant Jordi no es solo una fiesta: es una "prueba de resistencia" y, a veces, una "fuente de frustración": "Para todo el trabajo que hay detrás... merece la pena relativamente" concluye.

En un día tan simbólico, "las desigualdades del sector editorial" quedan aún más a la vista. Para el librero, que lleva décadas entre estantes, existen ideas que "siempre le han chocado": "Para mí es injusto que en una feria haya expositores que sean editores y otros que sean libreros", sentencia.