Jordi Sellarés es el Secretario General del Comité Español de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), una entidad que, desde Barcelona, fomenta el comercio internacional. Desde las oficinas de la Cambra de Comerç en la Avinguda Diagonal, la Cámara de Comercio Internacional también ofrece mediación a las empresas con litigios. Arbitra entre las partes cuando hay conflictos.
Por defecto, Miquel Valls, el Presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, es también el presidente de esta Cámara Internacional. Los laudos, las decisiones de este organismo con sede en la Ciudad Condal, sobre las disputas entre empresas o entre empresas y Estados son cumplidos en todo el mundo.
¿Cuál es el origen de la Cámara de Comercio Internacional?
Es una asociación mundial de empresas que se crea en París en 1.919, justo cuando se acaba la Primera Guerra Mundial y se está negociando el Tratado de Versalles, los acuerdos de paz. La iniciativa fue de empresarios franceses, pero sobre todo suecos y de Estados Unidos. Antes de la guerra, ellos ya defendían que el origen de los conflictos era la lucha de poder por los mercados cerrados. Por tanto, la única manera de conseguir mercados nuevos era o anexionándote un territorio o creando alianzas y perjudicando a otros. En cambio, ellos defendieron que la solución era abrir mercados. El que tuviera el mejor producto, entonces vendería más y a mejores condiciones.
Los fundadores se bautizaron a ellos mismos como “los mercaderes de la paz”.
Es que pensaban que abrir los mercados en 1.919 era la mejor solución que evitaría una nueva guerra. No la evitó, desgraciadamente, pero hoy en día esta idea está aceptada. Sobre todo, esta idea se consolida después de la Segunda Guerra Mundial porque la recoge el GATT, el Acuerdo General de Aranceles y Comercio, que hoy en día sería la Organización Mundial del Comercio. Continuamos defendiendo los mismos objetivos: el libre comercio y luchar contra la competencia desleal en todo el mundo.
¿Y quiénes son los socios de la Cámara de Comercio Internacional?
Pues cientos de miles de empresas, Cámaras de Comercio y Asociaciones de Empresas. De todo el mundo. Llegamos a 120 países.
¿Y en Barcelona?
El Comité Español de ICC se funda en Barcelona en 1922 y la sede sigue estando aquí, en el edificio de la Cambra de Comerç. Hoy en día, agrupamos a 170 miembros.
"Tenemos una larga experiencia en obtención de consensos y gozamos de rango como organismo consultivo de primer nivel en las Naciones Unidas"
En un mundo tan global como el actual, su tarea es más necesaria que nunca.
Claro. Nosotros ayudamos a que las empresas encaren los desafíos actuales y aprovechen las oportunidades de la globalización. La importancia del cambio climático, por ejemplo, requiere una mayor cooperación entre los líderes internacionales. Y hablo de las empresas, los gobiernos, la sociedad civil en general y organismos intergubernamentales. Para eso tenemos una larga experiencia en obtención de consensos. Gozamos de rango como organismo consultivo de primer nivel en las Naciones Unidas y una relación muy estrecha con la Organización Mundial de Comercio y otros importantes organismos mundiales.
Su especialidad es la solución de conflictos, la mediación internacional.
Sí, porque muchas empresas recurren a nuestra experiencia en alternativas a la litigación, elaboradas especialmente para controversias internacionales. De este servicio se encarga nuestra Corte Internacional de Arbitraje, que está reconocida internacionalmente. Estos servicios también incluyen la mediación y otras formas de resolución amigable de controversias, como el peritaje independiente por expertos y las Juntas de solución de conflictos: las “Dispute Boards”.
¿Y qué herramientas ofrece la Cámara de Comercio Internacional para las empresas?
Pues una amplia selección de servicios y herramientas prácticas para facilitar los negocios. Ayudamos en la prevención de delitos comerciales, desde fraudes en el comercio internacional, los seguros, los instrumentos financieros y de transporte, hasta el blanqueo de capitales, la piratería marítima, la falsificación y la vulneración de la propiedad intelectual.
Su mediación o su arbitraje evita tener que ir a los Juzgados. Evitan entrar en litigios legales en otros países, con lo complicados y largos que pueden llegar a ser.
Es cierto. No siempre hace falta ir a los Juzgados. Sorprendentemente, en la mayoría de casos, cuando las empresas pierden un arbitraje, lo cumplen voluntariamente.
¿Y si no es así?
Si no fuera así, pueden acudir a la judicatura ordinaria y les embargarían gracias al Convenio de Nueva York de 1958, del que es parte casi toda la comunidad internacional. Y los Estados que no son miembros, como Taiwán, lo aplican también. Taiwán no puede ser miembro del Convenio, porque ya está la República Popular China. Si está una, no puede estar la otra. Pero, los laudos se aplican también en Taiwán por reciprocidad. Ellos entienden que los laudos que se aplican en otros países también se pueden ejecutar en Taiwán.
¿Y qué casos resuelven normalmente? ¿Qué problemas se encuentran?
Compra ventas. Los problemas más comunes son contratos de compra ventas y de distribución. La creación de la CCI fue por unos temas muy prácticos. Son los temas que atraen a los bufetes de abogados. En España, hasta hace más de 15 años no había muchos despachos de abogados que se dedicasen a arbitraje. Había dos o tres solamente. Hoy en día, todos los grandes despachos de abogados ya tienen Departamento de Arbitraje. Todos lo han entendido.
Al haber más comercio internacional, hay más casos de arbitraje.
Claro. Cada vez hay más. Y no sólo el arbitraje que hacemos en la CCI. También se lleva una buena parte de los arbitrajes el CIADI, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones, que es una institución del Banco Mundial. España tiene ahora mismo más de veinte casos en el CIADI por el tema de las energías renovables. España hizo unas promesas y, después, cuando las empresas internacionales invirtieron en centrales eólicas, o fotovoltaicas…
¿Se refiere a las promesas del Gobierno de Zapatero en el tema de las renovables?
Sí. Se cambiaron las condiciones. En el CIADI hay varios casos. Nosotros también tenemos otros relacionados con las energías renovables. Todas las empresas internacionales que invirtieron en España se encontraron con que luego se cambiaron las condiciones. La Carta Europea de la Energía, un tratado de final de los años ochenta, les protegía y les daba derecho a ir a arbitraje. La Carta Europea de la Energía daba varias opciones para el arbitraje: CCI, CIADI o Estocolmo.
"La inmensa mayoría de casos que tenemos son comerciales, y sobre un 10% de estos son con partes estatales"
¿Qué arbitrajes tiene sobre la mesa ahora mismo la CCI?
El arbitraje es, habitualmente, confidencial. Y el arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional lo es como el resto. En la inmensa mayoría, son casos comerciales y sobre un 10 por ciento de casos son con partes estatales. Hablo de empresas públicas o de Estados. Y, entonces, esos casos sí que pueden tener mucha transcendencia en un país. Algunos son divulgados por voluntad de las partes.
En esos casos, ¿qué información se da?
No hay audiencias públicas, pero sí que se publica mucha información. En especial, la básica: demanda, contestación, laude, medidas cautelares. Y, si se produce, recusación de los árbitros.
El caso de Mediapro y Sogecable fue lidiado por la CCI.
Como fue publicado, ya no es confidencial. Fue el de Mediapro contra Sogecable por los derechos del fútbol. No había cláusula arbitral en el contrato y fue una decisión posterior, un acuerdo arbitral, a instancias del Secretario de Estado para el Deporte. Fue sometido a nuestro arbitraje, a pesar de que las referencias que hizo la prensa en su momento fueron confusas.
¿Por qué?
Se dijo que había sido la Corte de París, cuando el caso tenía sede en Valencia por decisión de la propia Corte. Esa resolución de septiembre del 2015 acabó la anterior guerra del fútbol, Telefónica contra Mediapro, haciendo que Mediapro pagase 32 millones de euros. Otro caso en la que la CCI ha intervenido ha sido el del Canal de Panamá entre Sacyr y la Autoridad del Canal de Panamá. El de Sacyr acaba en arbitraje, en Miami, después de pasar por un par de “Dispute Boards” o Juntas de solución de conflictos, un órgano mediador y árbitro de guardia, que soluciona temporalmente los conflictos que aparecen durante el proceso de construcción de grandes obras públicas, para impedir la paralización de los trabajos.
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