El uso turístico que se hace del espacio público es uno de los debates más importantes que se está desarrollando actualmente en aquellas ciudades que atraen un mayor número de turistas, como es el caso de Barcelona. Por ello, un grupo de trabajo ha analizado los efectos que el turismo y las políticas que lo regulan tienen tanto el espacio público como sobre los ciudadanos que habitualmente ocupan dicho espacio.
Los conferenciantes, entre los que se encuentra el Regidor de Empresa i Turisme, Agustí Colom Cabau, han dado a conocer el resultado del estudio sobre el Ús del Espai Públic que un grupo de expertos ha llevado a cabo para intentar encontrar soluciones a los problemas que genera en las ciudades la masiva afluencia de turistas.
El ponente Claudio Milano, experto en el estudio de este fenómeno y miembro de Turismografías, considera que “el uso del espacio público debe regularse, es algo necesario en las ciudades contemporáneas”. Según su análisis, la saturación de los espacios públicos “se produce en determinados barrios y eso es algo que Barcelona comparte con otras ciudades europeas, pero hay algo que esta cambiando, y es que los grandes centros turísticos pasan de tener un uso vertical a tener un uso horizontal: ya no paseamos en esos polos de saturación de uso del espacio, sino que lo cruzamos. Y un ejemplo claro en Barcelona se da en las Ramblas, donde los turistas ya no van a pasear, simplemente las cruzan”.
Milano también advierte de que se produce otro cambio importante: la diferenciación del espacio entre turistas y usuario local “que aquí en Barcelona se da principalmente en el Parc Güell”. Un caso que recuerda al intento que se hizo en su día en la Quinta Avenida en Nueva York, cuando se estudió la posibilidad de dividir la acera en dos mitades: la de uso de los neoyorkinos, que caminan más deprisa, y otra de uso turísticco, aunque finalmente el plan se rechazó.
REGULACIÓN NECESARIA
La solución a los problemas que genera el uso del espacio público por parte de los actores ue intervienen en el mercado turístico, tanto locales como foráneos, solo puede venir, según la opinión de los expertos, de decisiones políticas. “Las decisiones técnicas no sirven para solucionar estos problemas”, dice Claudio Milano. “Es evidente que solo con decisiones políticas se puede llegar a solucionar los problemas que se crean. Y por ello es necesaria la colaboración y al aprendizaje de lo que se hace en otras ciudades del entorno con problemáticas parecidas”.
Milano considera que el fenómeno de las ciudades-marca, que inició Nueva York en los años setenta del siglo pasado con el lema 'I love NY', ha sido clave en el desarrollo turístico ya que promovió un gran cambio al convertir una ciudad poco amigable en una más atractiva.
Respecto al fenómeno de la gentrificación, presente en numerosas ciudades europeas y que ha afectado especialmente a centros turísticos como Lisboa y Venecia, Milano cree que la solución pasa por una regulación clara y que “lo que genera el turismo es un evolución muy rápida y ahora la gentrificación ya no es una sustitución de la población, lo que hay es un cambio de una población que son electores a una población turística en tránsito”, fenómeno que ha denominado turistrificación.
CONFLICTO DE LAS TERRAZAS
Uno de los asuntos que más debate ha producido en las zonas más turísticas, ha sido el de la regulación del uso de las terrazas de los negocios de restauración. En Barcelona, el número de terrazas ha pasado de las 2.690 que había en el año 2002 a las 3.543 de 2014 y las 3.121 de 2015. Milano reconoce que este “es un problema que se ha debatido en muchas ciudades europeas y es evidente que los ciudadanos necesitan un espacio donde poder dejar a nuestros hijos jugar”.
Milano considera que el conflicto de las terrazas está mucho más presente en Barcelona que en otras ciudades, "muy probablemente porque aquí el tejido asociativo es muy importante", y lo compara con lo sucedido en ciudades como Roma o Lisboa, "donde hay muchas más terrazas que en Barcelona y el conflicto no es tan grande".
Finalmente, entre las recomendaciones que el grupo de trabajo hace a las administraciones públicas se encuentran la necesidad de crear normativa claras y que se hagan cumplir, la lucha contra las actividades ilegales que hacen uso ilegítimo del espacio público, garantizar la presencia de la economía de proximidad, la racionalización del tránsito tanto de los locales como de los turistas, desarrollar proyectos que atraigan el turismo de calidad, establecer medidas que ayuden a mejorar la calidad del espacio público, concienciar a las empresas turísticas para que asuman su responsabilidad, establecer sistemas de gestión y regulación de acceso a los espacios públicos, tener en cuenta las medidas de seguridad para visitantes y habitantes locales o colocar lavabos de uso público en los lugares de mayor afluencia turística.