Hasta el año que viene por estas fechas, el Mobile World Congress es historia para Barcelona. Son ya trece ediciones consecutivas del mayor evento mundial sobre telefonía móvil, tiempo suficiente para hacer una valoración profesional de lo que supone para la ciudad albergar el MWC año tras año. Para ellos hemos entrevistado a Sandrine Castres, CEO para España y Portugal de MCI Group, una de las principales compañías globales dedicadas a la comunicación y organización de eventos para asociaciones, empresas e instituciones.

Las cifras dicen que este año se ha estacando, en 107.000 asistentes, el número de visitantes al Mobile World Congress ¿Hay que interpretar que ha llegado a su tope en Barcelona?

Para mí no hay que interpretarlo como una mala noticia. Quizás la gente no es consciente de lo que significan estas cifras. Hay muy pocos eventos a escala planetaria capaces de reunir a más de cien mil personas en un mismo lugar, y además durante cuatro días. El Mobile, en este sentido, es estratosférico, uno de los más grandes -por no decir el que más- en lo relativo a su sector: una macro exposición acompañada de conferencias.

Como especialista en la organización de grandes eventos, ¿qué interpretación le da a que, por una vez, no se haya incrementado el número de asistentes?

Hay varios factores pero, insisto, es una cifra impresionante. Uno de esos factores es normal: llega un momento en el que un evento llega a su techo. No puedo afirmar que sea el caso del Mobile, pero sí ocurre en otros acontecimientos que llegues a tu tope. Lo normal es que un evento vaya creciendo paulatinamente, a diferentes ritmos. Algunos lo van haciendo poco a poco, hasta que se estabilizan en un número aproximado. El Mobile alcanzó los 100.000 congresistas en 2016, hace apenas dos años, y Barcelona tiene el MWC desde 2006. Así que ahora, en 2018, la cifra es muy parecida a la de 2017 (108.000). No veo que sea un mal dato.

 

El MobIle de este año ha tenido 107.000 visitantes / HUGO FERNÁNDEZ



Hablaba de otros posibles factores.

Es posible que lo que ha rodeado a Barcelona en los últimos seis meses haya podido tener un coste, leve en todo caso. El atentado en las Ramblas, las imágenes del 1-O, la inestabilidad política con el tema España-Catalunya, pueden haber motivado que algunos decidiesen no acudir finalmente.

Lo del atentado, ¿puede marcar a una ciudad en el plano comercial?

En parte sí, pero no creo que le haya ocurrido a Barcelona. En primer lugar, no es la primera ciudad europea que ha sufrido un ataque terrorista. París sí que sufrió un bajón de turistas a raíz del ocurrido en 2015, pero ya se han recuperado los niveles turísticos. Además, hay que tener en cuenta que aquel fue el primero y mucho más brutal, así que dejó un impacto considerable. El de Barcelona fue limitado y se solucionó rápidamente. Por otra parte, hoy en día todo el mundo sabe que cualquier ciudad occidental puede ser atacada, así que ya no hay elemento sorpresa y sí la sensación de que le puede ocurrir a cualquiera y en cualquier momento. Ya convivimos con eso.

¿No es sorprendente que una ciudad que no es la capital de su país, como es el caso de Barcelona respecto a España, goce del privilegio de celebrar tantos eventos internacionales?

No es el único caso. En Italia, Milán es mucho más ferial que Roma; en Alemania, Múnich y Frankfurt celebran más convenciones y exposiciones que Berlín. Así que Barcelona no es un caso especial en ese sentido, pero sí es cierto que es una ciudad que tiene un don y una imagen que la hacen ser especial en el concierto mundial.

“Barcelona sabe cómo organizar eventos, tiene gente muy capaz y una experiencia contrastada”

¿Nos explica las claves del éxito?

Es un conjunto de muchas cosas, y no hay una única para explicar el de Barcelona. Voy a intentar descifrar unas cuantas. De entrada, organizar los JJOO en 1992 puso a la ciudad en el mapa internacional. Fue la mejor campaña de publicidad que pueda pagarse. A partir de entonces, los que no sabían de ella vieron por televisión todas las virtudes y bellezas de la ciudad, con lo que decidieron venir a verla.

Otra razón.

Es una ciudad bonita, con mucho atractivo para el turismo vacacional. Posee una imagen extremadamente positiva: clima, playas, gastronomía, hoteles, cercanía, puerto, aeropuerto, etc. Si a este turismo vacacional le unes el turismo de congresos, te conviertes en un foco de atracción, porque cuando vuelve a su país, la gente cuenta a sus amigos lo bien que se lo han pasado. Es un efecto dominó.

“El de BCN es un modelo de éxito que otras ciudades del mundo envidian e intentan copiar”

Más cosas.

Hace muchos años que Barcelona es una ciudad ferial. No olvidemos que albergó dos exposiciones Internacionales (1888 y 1929). Así que ya tenía 'background' antes de que aterrizasen el Mobile, o el Smart City Congress. Barcelona sabe cómo organizar eventos, tiene gente muy capaz y una experiencia contrastada. Si lo sumamos a todo lo que apuntaba antes, se da la combinación perfecta. De ahí que Barcelona tenga la imagen exterior de que es una ciudad que da garantías en todos los aspectos para convertirse en un referente de éxito. Es un modelo que otras ciudades del mundo envidian e intentan copiar, pero no es fácil hacerlo. Además...

¿Sí?

Hay un factor que no es mensurable a nivel estadístico; yo creo que es una de las cosas de Barcelona que atrapan a quien la visita. Es una parte inexplicable, etérea, que está en el ambiente... Eso tampoco es fácil tenerlo ni se puede comprar con dinero. Y Barcelona, afortunadamente, lo tiene.

 

Sandrine Castres opina que Barcelona es perfecta para albergar congresos / MCI



Pero para organizar un Mobile son necesarias cosas más prácticas, ¿no?

Evidentemente. De no ser así, no podríamos hablar de lo otro. Barcelona cuenta con todo lo necesario a nivel de infraestructura para albergar un evento de tal magnitud. No puedes soñar con el Mobile si no tienes todas estas cosas básicas: aeropuerto grande, internacional y con muchas conexiones; una sede expositora enorme, como la que ofrece Fira de Barcelona; muchos hoteles, de todas las categorías, no muy lejos de donde se desarrolla el evento; una red de transporte suficiente para soportar y asumir la movilidad que se da durante el evento.

¿Algo más?

Hay que añadir todo lo que decía antes: experiencia contrastada, participación de todos los actores sociales (organismos oficiales, instituciones, el propio ciudadano) y un tejido empresarial capaz de ofrecer el servicio que requiere una organización tan compleja como supone el Mobile. Con toda esta combinación de factores, y con su saber hacer, Barcelona es imbatible.

“En España no hay un medidor único para calcular el impacto económico que generan las ferias”

¿Se puede cifrar el impacto económico de una ciudad que organiza ferias, exposiciones y congresos?

Está claro que ser una ciudad organizadora de eventos redunda en la economía de la ciudad y, por ende, del país. El impacto económico es mayúsculo. El problema es que, al menos en España, no hay herramientas que permitan medir o cuantificar exactamente ese impacto económico. Existe el Spain Convention Bureau, pero sus estudios no son profundos por falta de presupuesto. No hay un medidor genérico ni una metodología común, como sí tienen en Gran Bretaña o Canadá, lo que les permite cuantificar exactamente el valor económico que aportan todos los eventos comerciales que se organizan.

Su compañía, MCI, ¿organiza eventos en Barcelona?

Sí, por supuesto. El 80% de nuestros eventos barceloneses se reparten entre 'healthcare' (salud) y nuevas tecnologías, capítulo éste en el que Barcelona, puedo asegurarlo, se ha convertido en una plaza muy importante, toda una referencia, a escala mundial.

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