El pasado mes de diciembre, las autoridades aeronáuticas de Rusia y España desbloqueaban la áspera situación para sobrevolar el territorio siberiano desde otro punto de España además de Madrid. Es decir: Barcelona.
Tal como anunció el Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, este acuerdo abre vía a una ruta directa entre Barcelona y Tokio, que hasta ahora dependía de la autorización rusa.
Varias compañías, como Norwegian, Level o la japonesa ANA manifestaron su intención de operar la ruta directa a Tokio desde la capital catalana en un futuro próximo. Hasta el momento, varias aerolíneas europeas como Iberia, KLM-Air France, British Airways, Lufthansa-Swiss o Alitalia ofrecen vuelos de Barcelona a Tokio. Con escala, eso sí.
Tal como indicó de la Serna, el acuerdo firmado entre España y Rusia está recogido en la última versión de los derechos de tráfico internacionales publicada por Aviación Civil. "Consta la opción de operar hasta siete frecuencias semanales un vuelo entre Madrid y Tokio a través de la ruta transiberiana, así como el mismo número de frecuencias desde un punto de España diferente a Madrid y Tokio", añadió el ministro.
La posibilidad de viajar de Barcelona a Tokio sin escalas tiene un precio, claro. A pesar de las demandas tradicionales del empresariado catalán con intereses comerciales en el país asiático el mercado no ha reaccionado. ¿Es viable esta ruta sin paradas?
Según señala Crónica Global en un artículo, los costes son muy altos, tanto por la tripulación como por el combustible, entre otros. De este modo, si los vuelos no se llenaran, no saldría rentable. Además, existen algunas cláusulas indicando que solo las compañías con matrícula española pueden atravesar el espacio aéreo. Se trata de un proyecto prometedor que, por ahora, sigue en el aire.