¿Barcelona es de los barceloneses? Cada vez menos. Las excesivas subidas de precio en el alquiler están desplazando a los ciudadanos hacia las afueras, donde –de hecho– el precio también está incrementando. El centro se está llenando de turistas que visitan Barcelona durante unos días y de extranjeros que reúnen el capital suficiente para comprarse una vivienda.
Diversos barrios, sobre todo los más céntricos o los más bohemios, denuncian constantemente “mobbing inmobiliario”. Una de las grandes cruces para los vecinos es la agencia inmobiliaria Norvet, una conocida empresa que compra edificios antiguos y los convierte en viviendas modernas.
Metrópoli Abierta revelaba la historia de Can Dimoni, un edificio emblemático, ubicado en el corazón de Gràcia que pasó de vivir una polémica okupación a convertirse en edificio de lujo. La empresa que está detrás de este cambio de imagen es Norvet, la misma que ha comprado otro edificio en la calle Josep Torres.
El caso que nos concierne es diferente, pues esta vez la inmobiliaria no reformará el edificio... directamente lo tirará abajo y lo volverá a construir de nuevo. Tal como ha podido saber Metrópoli Abierta, el edificio ubicado en el número 1 de la calle constará de cinco pisos entre 50 y 60 metros cuadrados y se venderá por un mínimo de 400.000 euros y un máximo de 500.000 euros.
“El edificio no es nada especial a diferencia de Can Dimoni que es centenario. Por eso ha sido fácil conseguir la licencia para derribarlo”, detalla un trabajador de la empresa, que apenas sabe hablar español. Tal como desvela, los pisos estarán listos para entrar a vivir en diciembre de 2019. ¿La ciudad seguirá siendo entonces de los barceloneses? Quién sabe.