La filial española del grupo británico Burberry contabilizó una cifra de negocio de 55,9 millones de euros en el ejercicio de 2018. Dicho registro supone 600.000 euros más que el año anterior, es decir, un 1% más.
El resultado se mantuvo en la senda positiva, si bien experimenta una notable flexión y pasa 5 a 1,1 millones. La junta de accionistas de la compañía acordó destinar el excedente a eliminar saldos negativos que todavía se arrastran en el balance.
VESTIGIO DE LA CRISIS
Las pérdidas de años anteriores incluidas en el balance son de cuantía muy elevada. Alcanzan en conjunto los 200 millones. Se trata de la huella que ha quedado de la precedente fase depresiva, cuyos momentos más intesos se vivieron a comienzos de la presente década.
Esos abultados números rojos habrán de compensarse con beneficios futuros o, si éstos no se obtuvieran, mediante una operación acordeón. Esta fórmula implica en la jerga contable realizar una ampliación del capital social y una reducción simultánea del mismo.
El cuartel general de Burberry para la península ibérica radica en la calle Valencia de Barcelona, cerca de la Meridiana. Desde las oficinas barcelonesas se gestiona tanto la subsidiaria de España como la sucursal portuguesa.
La firma importa y distribuye al por mayor y al por menor prendas de moda para hombre y mujer, así como un variado surtido de complementos.
CADENA COMERCIAL
El entramado comercial se mantuvo sin variaciones en 2018. Consta de un total de 26 establecimientos, que se reparten así: 3 tiendas, 4 outlets y 19 corners/concesiones en los grandes almacenes El Corte Inglés.
De ellos, en Barcelona hay 2 tiendas, 2 outlets y 4 Corners; en Madrid, una tienda, un outlet y 6 corners; en Puerto Banús, 4 corners. El resto se encuentra en Portugal: en Lisboa, un outlet y 3 corners; y en Porto, 2 corners.
VICISITUDES HISTÓRICAS
La historia de la marca en España arranca de mediados de los años 60 del siglo pasado, cuando se constituyó con participación mayoritaria del consorcio Burberry, del Reino Unido, y minoritaria de dos conspicuos industriales textiles, Eugenio Mora y José M.ª Juncadella Burés.
En 1972, los británicos decidieron retirarse de España. No veían claro el futuro político de nuestro país en el ocaso del franquismo y traspasaron su lote accionarial a los socios locales.
Poco después, Eugenio Mora Olivella, hijo de uno de los fundadores, se hizo con la mayoría de las acciones y con la batuta de la gestión. Bajo su dirección, la entidad se fue expandiendo hasta ocupar posiciones de liderazgo en el sector textil nacional.
VENTA Y DECLIVE
En los albores del presente milenio, Eugenio Mora vendió la sociedad a la Burberry británica por 210 millones de euros. El empresario se desprendió de la compañía cuando ésta vivía una de sus estapas más brillantes.
Durante los primeros años bajo mando inglés, la bonanza perduró. Pero los nuevos dueños tomaron posteriormente una serie de medidas que devinieron funestas. La firma cayó en barrena, las ventas se desplomaron y la tinta roja inundó las cuentas.
En 2008, Burberry España alcanzó su cima histórica, con un giro de 241 millones. Después, sobrebvino el declive. Hasta 2014, llegó a dejarse por el camino nada menos que el 86% de la cifra de negocio que venía obteniendo en España.