El nuevo funicular del Tibidabo entrará en funcionamiento en octubre de 2020. Tras el verano, la actual infraestructura cerrará las puertas e iniciará una profunda transformación que se prolongará durante un año. Con la remodelación pasará a denominarse Cuca de Llum y quedará integrada como una atracción más del parque. La reforma no será barata. El coste se dispara hasta los 18,3 millones de euros, según el Ayuntamiento de Barcelona.
Coincidiendo con la llegada de Semana Santa, el parque del Tibidabo amplía estos días el horario y pone de nuevo en funcionamiento el funicular, que el pasado noviembre tuvo que bajar la persiana porque se vio afectado por unos desprendimientos tras el episodio de lluvias torrenciales que sufrió la ciudad. El funicular estará abierto hasta octubre, cuando será retirado del servicio.
EL DOBLE DE PLAZAS
La infraestructura que abrirá en noviembre de 2020 doblará la capacidad actual, que pasará de 120 a 250 plazas. El interior de la Cuca de Llum tendrá más espacio disponible y será diáfano, lo que permitirá a los usuarios disponer de vistas panorámicas. El nuevo funicular también será más rápido que el actual, alcanzando una velocidad de 10 metros por segundo; mejorará la iluminación interior y exterior, que potenciará su efecto de noche, y se instalarán pantallas y tabletas electrónicas que permitirán a los viajeros interactuar con la atracción.
MÁS DE UN SIGLO DE EXISTENCIA
Impulsado por el doctor Andreu en 1900, el funicular hizo su primer viaje en 1901. El éxito de la infraestructura obligó, en 1922, a cambiar toda la maquinaria y a ampliar la capacidad hasta las 140 personas. A lo largo de este siglo, el servicio ha sufrido distintas remodelaciones. El funicular recorre 1.124 metros y supera un desnivel de 272 metros.