“Te dan un bocata y una lata por 14 horas de trabajo, son muy explotadores. De todos los festivales en los que he trabajado, es en el que me he sentido peor tratado”. Quien habla es uno de los muchos jóvenes que trabajan temporalmente en el Primavera Sound, uno de los festivales de música más populares de Barcelona.
M., de 29 años, cuenta su experiencia a Metrópoli Abierta como runner, una figura que en publicidad y cine equivale al auxiliar de producción y cuya función principal es la conducción de vehículos. En los festivales de música se dedican a recoger a los artistas en el aeropuerto y estar pendientes de ellos durante su estancia para que no les falte de nada. Este joven prefiere mantener el anonimato, pues teme que hayan represalias.
NO REPETIRÁ
En conversación con este medio, M. explica que ha trabajado en prácticamente todos los festivales que se celebran en Barcelona, y que el Primavera es, con creces, donde ha recibido un peor trato. Tanto es así que ha decidido no volver a trabajar en la edición de este año, ya que, asegura, no le compensa.
Y no solo habla por él: también por muchos otros compañeros, que suelen coincidir en rodajes de publicidad y cine, y con los que forman una camarilla. “El trato es muy deficiente, no les importa mucho si estás contento o no. Y eso que tú eres la primera imagen que das del festival: eres el que recoge a los cantantes en el aeropuerto en su nombre. La figura del runner es importante, y no se la toman en serio”, destaca.
"ERES UN PEÓN MÁS"
El joven pone como ejemplo el trato que reciben con la comida, del que se quejaron en las pasadas ediciones. Según él, les dan solo un refresco y un bocata para las más de 14 horas diarias que trabajan en lo que dura el Primavera. Esta situación contrasta con la de otros festivales, explica, donde “hay un catering para la parte más alta del equipo, en la que también estamos nosotros, y luego otro, de peor calidad, para personal de seguridad, taquilleros y barmans”. Así sucede en el Sónar, para el que solo tiene elogios y buenas palabras.
En cuanto a las relaciones de trabajo, el Primavera Sound tampoco destaca por su mano izquierda con los empleados. M. lamenta que “hay mucha jerarquía, no hay equipo” lo que se traduce en una “sensación constante de que eres un peón más”. “La gente de Barcelona no lo disfruta, por eso muchos hemos decidido no repetir”, añade.
'BARMANS' PORTUGUESES
Mención aparte merecen el trato (y sueldo) que reciben el resto de trabajadores. El diario La Directa destapó en 2015 que el Primavera Sound se nutría de estudiantes en prácticas a los que pagaba 2,57 euros la hora.
Pero la originalidad de los gestores del Primavera para ahorrarse costes laborales no acaba aquí, sino que llega a cotas inimaginables. Según M., “todos los barmans los traían de Portugal en autobuses”. ¿Por qué? “Lo hacían para evitar que los de aquí invitaran a sus amigos, como había pasado en otras ediciones. Y un portugués, que además les pagan poquísimo, entiende perfectamente qué es un ron cola si se lo piden en castellano, no hay mucha diferencia”.
BENEFICIOS DEL PRIMAVERA
Estas condiciones que denuncian los empleados contrasta con los enormes beneficios que obtiene el festival. El año pasado, el Primavera Sound declaró unas ganancias de más de un millón de euros --1.170.169,02 euros-- durante el ejercicio cerrado a 30 de junio de 2017, lo que supuso un incremento del 63% respecto a los 715.685 del año anterior.
Ello permitió a sus fundadores repartirse un dividendo de 400.000 euros, que se distribuyó entre Murmur-Town Producciones (Gabriel Ruiz y Sonia Quesada), Nicolás Soler, Alberto Guijarro y Alfonso Lanza.