El todavía presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, ha cerrado este jueves su etapa al frente de la institución con un toque a su sucesor, Joan Canadell. De forma sutil, el veterano empresario ha lanzado varios mensajes a la nueva dirección, de la que espera que siga defendiendo el "interés general" y la "independencia" de la Cámara frente a las injerencias de cualquier poder público. Para Valls, este ha sido uno de los principales activos del ente cameral durante los 17 años de su gestión, y desea que la dirección entrante, dirigida por la ANC, mantenga la tradición establecida. 

Valls ha hecho una defensa acérrima de su gestión al frente del ente. Según él, la Cambra no se ha sometido "nunca" al "Gobierno de Madrid, ni a la Generalitat ni al Ayuntamiento”, y ha remarcado que la institución se ha matenido "siempre" independiente de la política. Mensaje para los críticos, sobre todo para los que le acusan de haber servido durante estos años al Gobierno de España. Para ilustrarlo, Valls ha recordado las "guerras de comunciados entre el ministerio de fomento y nosotros”, relativas a las obras (no) ejecutadas y previstas en los Presupuestos Generales del Estado, por ejemplo. 

CONSENSO CON LAS PATRONALES

De pasada, manda un toque a la ANC, que tendrá el control de la Cámara de Comercio desde este lunes: "En esta época el presidente ha hecho de presidente y el director ha hecho de director", algo que no siempre ocurre en este tipo de instituciones, ha dicho. 

Pero los mensajes implícitios hacia su sucesor no han acabado aquí. Valls también ha recordado que su mandato se ha caracterizado por la búsqueda constante del consenso. "Durante mi mandato la palabra consenso ha sido fundamental, incluido con todas las organizaciones empresariales, a las que respeto profundamente”.

Así, Valls ha respondido de forma indirecta a las críticas que hizo la ANC de Foment del Treball y el Círculo de Economía, organizaciones que tacharon de representar sólo a "sus socios y no a todo el empresariado de Cataluña”. Valls, en cambio, no comparte este diagnóstico, y espera que las relaciones entre todas las organizaciones empresariales sigan siendo de respeto mútuo y colaboración. 

"PRESTIGIO" DE LA CAMBRA

Asimismo, ha resaltado que una de las claves del éxito de la Cámara de Barcelona ha sido el "prestigio" mantenido. Una palabra importante en tiempos líquidos, donde las tradicionales organizaciones de poder pierden peso en la sociedad y en la economía.

A juicio de Valls, la Cambra ha sido siempre sinónimo de "opinión rigurosa e independiente". El Director General, Xavier Carbonell, ha añadido que la importancia de la Cambra como generador de opinión se ha logrado "a través del trabajo del gabinete de estudios", del que ambos han destacado su trabajo en pro del interés general. Ahora, el futuro del gabinete estará en manos de la ANC, uno de los principales pilares de la Cámara y susceptible de ser politizado. 

LA GRAN DIFICULTAD

Pese a todo, Valls ha asegurado que la transición ha sido ordenada y tranquila, tal y como había prometido. Ahora, con el taspaso prácticamente cerrado, Valls ha hecho balance de su presidencia, un período condicionado por los cambios legislativos en el mundo cameral.

Según Valls, la institución se ha sabido sobreponer a todas las dificultades que han aparecido en estos años, de la que ha destacado la eliminación del recurso cameral. Cabe recordar que el Gobierno de Zapatero lo eliminó a través de un real decreto, lo que desencadenó una grave crisis económica en todas las cámaras de comercio españolas. Y es que el recurso cameral era la principal fuente de financiación de estas instituciones empresariales, que debieron afrontar grandes recortes para garantizar su viabilidad económica.

CUENTAS SANEADAS

En el caso de Barcelona, se ha logrado estabilizar las cuentas con éxito. Su patrimonio supera los 43 millones de euros, sin contar el valor de su sede histórica, la Llotja de Mar, a lo que hay que sumar los 13,3 millones de euros de su tesorería. En total, Valls ha cifrado el patrimonio de la institución en más de 100 millones de euros. 

A pregunta de los periodistas, Valls ha realizado una pequeña autocrítica: "no todo se ha hecho bien". Pese al matiz, el presidente saliente ha optado por despedirse entre palabras grandilocuentes, sacando pecho de su gestión, y pasando de puntillas por los temas más espinosos, como la implicación de la Cambra en el proyecto de Spanair.  

 En cambio, sí que ha repasado su papel en la consolidación de la propiedad de la Casa Llotja, la creación del gabinete de estudios, su aportación en ámbitos como el de las infraestructuras, y en especial en el Aeropuerto de Barcelona, donde se impulsó la creación del CDRA.

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