Incumplimiento por parte del Ayuntamiento. Tras los objetivos marcados en 2018 para lograr una velocidad comercial de 13 kilómetros por hora en el transporte público, desde el RACC señalan que los buses de la ciudad recorren la mitad de los kilómetros por debajo de los propósitos señalados. Es decir, la rapidez del servicio es inferior a la deseada. 

En el marco de la Semana Europea de la Movilidad Sostenible se ha presentado Análisis de la competitividad de la nueva red ortogonal de bus de Barcelona, un estudio que tiene por objetivo identificar las operaciones de la red y los errores del transporte público en Barcelona. 

BAJA VELOCIDAD

En este sentido, el presidente del RACC, Josep Mateu, ha señalado que una velocidad en el transporte público inferior a la deseada provoca retrasos en los horarios de los usuarios y, por lo tanto, una pérdida de tiempo de los pasajeros. Es decir, tomando como referencia la línea más rápida, la V31 –Mar Bella-Trinitat Vella– y una viaje medio de cinco kilómetros tenemos que los usuarios que más tiempo podrían ahorrarse son los que realizan el servicio de las líneas D40 y H17, con más de 30 horas perdidas al año.

ELIMINAR REDES

La red ortogonal se empezó a implantar en Barcelona en 2012. En una primera fase se pusieron en marcha cinco líneas nuevas de bus. Hoy en día hay 28 que han logrado una cifra récord de pasajeros.

El año pasado hubo un total de 202,9 millones de usuarios que valoraron positivamente la frecuencia de paso, la velocidad y la conectividad entre líneas. Por contra, no ha logrado eliminar algunas de las redes tradicionales de la ciudad ni tampoco la modificación de los recorridos con menor afluencia.

LÍNEAS MÁS AFECTADAS

En el informe Análisis de la competitividad de la nueva red ortogonal de bus de Barcelona se explica que las líneas de la ciudad que circulan más lentamente son la V27, la H6, D40, H12 y H16. Por contra, las líneas que cumplen el objetivo de eficiencia son la V21 y L7. 

 

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