El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha concluido que el Ayuntamiento de Barcelona "ahoga a vecinos y comerciantes en plena pandemia" al incrementar la presión fiscal sobre ellos.
El grupo de análisis sobre nuevos escenarios económicos y sociales del citado instituto destaca que las medidas de Colau y Collboni "están castigando a la economía y ciudadanos barceloneses en un momento de máxima incertidumbre, donde los indicadores estiman una agudización en la tasa de paro en la capital catalana". Esta afirmación tan dura la han hecho tras hacer un extenso estudio sobre las últimas medidas en materia fiscal promovidas por el gobierno sociocomún en los últimos meses.
LA POLÉMICA TASA DE RESIDUOS
En este trabajo recuerda que el pasado febrero el consistorio barcelonés aprobó la entrada en vigor de una nueva tasa de residuos, "que ha generado un tremendo malestar entre los vecinos ya que duplica el cobro de dicho impuesto, pues ya se paga una tasa por ese mismo concepto a través del Área Metropolitana de Barcelona".
"Es un dato más", añade este grupo de expertos, "que muestra la enorme presión fiscal que sufren vecinos y comerciantes de la ciudad en plana pandemia y que complica seriamente la recuperación de la vida social y económica de la ciudad".
Estos académicos también aseguran que la nueva tasa que empezó a aplicarse en julio se suma "a una larga lista de incrementos en políticas fiscales que, al margen de su dudosa legalidad, están castigando a la economía y ciudadanos barceloneses". Asimismo, explican que en diciembre de 2019 el Ejecutivo local que lidera Ada Colau aprobó un paquete de ordenanzas fiscales que "alteraban sustancialmente" la tasa de terrazas en hostelería, el alcantarillado o el IBI, "situándose entre los municipios españoles con una mayor recaudación".
UN IBI POR LAS NUBES
El texto expone que, según el propio ayuntamiento, “el conjunto de estos cambios supone un incremento de la recaudación del IBI entre el 2019 y el 2020 del 5,46%, y se recupera así el crecimiento anual de la década anterior (6,5% entre 2008 y 2015)” .
Por otra parte, el Instituto Coordenadas mantiene que el aumento medio del IBI del 5,46%, es superior a otros municipios barceloneses como Terrassa, con una subida del 5%, o de la propia Área Metropolitana de Barcelona como Castelldefels (2,6%) o Cornellà (2,5%). Barcelona se sitúa por encima de la media catalana, solo superado por Sant Cugat del Vallès, uno de los municipios más adinerados de la región, según los datos que aporta el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat).
Incluso en comparación con la otra gran ciudad española como Madrid, los tipos impositivos aplicados (en el año 2018) en el IBI urbano de la Ciudad Condal son de un 0,75% por el 0,51% de Madrid. Este dato la sitúa por encima de la media de ayuntamientos de más de 200.000 habitantes (0,64%). Por otro lado, "el IBI rústico se sitúa en un 0,73% por el 0,57% de Madrid", lamentan estas mismas fuentes.
LOS RESTAURADORES Y COMERCIANTES, CONTRA LAS CUERDAS
El análisis del Instituto recalca que las subidas de varios tributos, de carácter regresivo en un contexto de crisis, han puesto "entre la espada y la pared no solo a los ciudadanos barceloneses, sino también a los hosteleros y comerciantes".
Los académicos señalan que las nuevas tasas en las terrazas con subidas "de entre el 200% y el 400%, llegándose a incrementar hasta los 700% en determinados puntos", ha llevado al Gremi de Restauració de Barcelona a "presionar al consistorio para que reduzca la asfixia fiscal para poder tratar de sobrevivir sin apenas turistas ni actividad en la ciudad".
Los analistas del Instituto indican que Colau y Collboni deberían ser más flexibles en la aplicación del incremento de impuestos a causa de la pandemia. La actual situación es "insostenible" y prevén un incremento del malestar vecinal y empresarial que ya se ha manifestado en multitud de quejas, com ha pasado con el incremento en el recibo del agua, donde ha sido introducida la nueva tasa de recogida de basuras "duplicando el precio a pagar por los contribuyentes".
DESINCENTIVAN EL RECICLAJE
Un riesgo asociado al incremento de la presión fiscal sobre el tratamiento de residuos es que esta medida desincentive todas las iniciativas que impulsan el reciclaje y acabe con todos los esfuerzos por implantar la economía circular.
Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, afirma que “cerca de cumplirse un año de la aprobación de las nuevas ordenanzas fiscales y su reciente aplicación, todo apunta a que el consistorio no dará un paso atrás en su enloquecida escalada el incremento exponencial de impuestos. Es una completa temeridad política, económica y social que va a incrementar la delicada situación económica de las familias en una posición, si cabe, aún más débil que la propiciada por las circunstancias actuales”.