Zara, a la espera de licencia para abrir en Paseo de Gràcia

Zara, a la espera del Ayuntamiento de Barcelona. La cadena de moda del grupo Inditex tenía previsto abrir la ampliación de la macrotienda situada en Paseo de Gràcia a finales de 2020. Sin embargo, el consistorio no les ha facilitado la licencia y la empresa no podrá cumplir con el calendario establecido.

Según han informado fuentes de la compañía a Metrópoli Abierta, los 1.000 metros cuadrados añadidos a la macrotienda ubicada en la milla de oro tendrán que esperar hasta marzo para poder abrir sus puertas. Los responsables del comercio han asegurado a este medio que el anexo ya está acabado y que ahora es el Ayuntamiento el que tiene que dar luz verde a la apertura del establecimiento. La administración local ha evitado pronunciarse al respecto. 

MIL METROS CUADRADOS DE ZARA ‘MAN’

El local, anteriormente ocupado por Furest y propiedad de la familia Brugarolas, cuenta con mil metros cuadrados de superficie repartidos en tres plantas: sótano, planta baja y entresuelo. Para su inauguración, el grupo gallego ha llevado a cabo un importante proceso de rehabilitación, ya que la fachada es obra catalogada como bien cultural de interés local.

El negocio, situado en el número 12 del eje prime barcelonés, comercializará productos exclusivamente de moda masculina, ya que la tienda está justo al lado del flagship store de Zara, que abrió a finales del año pasado y que está centrada en la venta de ropa y complementos para mujeres.

Exterior de la futura tienda de Zara Man en Paseo de Gràcia / M.A.

FACHADA CATALOGADA

Los números 6, 8 y 12 del Paseo de Gràcia son tres edificios de diferente propiedad pero con una estructura arquitectónica que reproduce la misma fachada, que está catalogada. Estos tres bloques forman el conjunto de las Cases Rocamora, que cuentan con entradas independientes y se construyeron entre 1914 y 1917, realizados por el arquitecto Joaquim Bassegoda i Amigó.

El conjunto de viviendas ocupan todo un lado de la manzana, desde Paseo de Gràcia –tocando Gran Vía– hasta la calle de Casp de la ciudad.

MACROOPERACIÓN

Inditex también tenía previsto ampliar su terreno sobre el antiguo Teatro Novedades, situado entre los números 1 y 13 de la calle Casp de Barcelona, justo detrás del flagship store de Zara. En concreto, hace aproximadamente una década proyectaron un hotel de más de 5.000 metros cuadrados de superficie en el solar que es propiedad de la Fundació Roca i Pi, del Arzobispado de Barcelona, que firmó una concesión por 50 años.

De hecho, en 2015 fue el primer proyecto que arrancó tras la aprobación del Plan Especial Urbanístico para Alojamientos Turísticos (PEUAT), que limita el número de hoteles y pisos turísticos que pueden abrir en la ciudad.

Sin embargo, ese mismo año, cuando el plan ya estaba en marcha, el equipo de Ada Colau paralizó las obras del complejo hotelero y, en consecuencia, la ampliación de la tienda de Zara. En un principio estaba previsto que el hotel de lujo subiera la persiana en 2020 y que el gigante gallego pudiera ampliar con 1.000 metros cuadrados de superficie más su macrotienda.

Exterior del futuro hotel de lujo en la calle Casp de Barcelona / M.A.

SILENCIO ADMINISTRATIVO

La medida impuesta por Barcelona en Comú tras ganar las elecciones paralizó temporalmente la construcción de ambos proyectos, pero finalmente la operación salió adelante por el silencio administrativo, según fuentes de la cadena consultadas por este medio. 

Desde la empresa hotelera aseguran que la moratoria dejó en suspenso la tramitación del edificio y el despacho OUA (Oficina d’Urbanisme i Arquitectura) fue el encargado de la actuación del plan de mejora urbanística (PMU) aprobado con anterioridad.

El proyecto, capitaneado por la promotora Drassanes 30 y el fondo Actual Capital Advisors, ha supuesto una inversión total de cuarenta millones de euros. 

DIEZ AÑOS DE RETRASO

Diez años más tarde del proyecto inicial, el complejo hotelero todavía está en fase de construcción, el gigante gallego se ha visto obligado a contraer el espacio comercial –pasando de 5.000 metros cuadrados a 4.000 metros cuadrados– y los jardines públicos y el auditorio, que también figuraban en los planos iniciales, han quedado en papel mojado.