La Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), entidad matriz de TV3 y de Catalunya Ràdio, es lo opuesto a una sociedad mercantil corriente. Sus gestores políticos no trabajan para lograr una rentabilidad y una satisfactoria retribución del enorme capital aportado cada año por todos los contribuyentes de la comunidad.
En la CCMA esos conceptos se consideran una ordinariez y carecen de la menor importancia. Lo único que estiman relevante es asegurarse el momio de la Generalitat, porque sin él CCMA no duraría ni un minuto en el mercado y se vería abocada a la quiebra inmediata.
VENTAS A LA BAJA
Las magnitudes económicas del grupo son, un año más, demoledoras. La facturación cayó el pasado ejercicio de la pandemia un 21% y se situó en 45,9 millones de euros.
Desde la década de los años ochenta no contabilizaba el consorcio público catalán un registro tan exiguo.
PLANTILLA Y PAGADORES
Solo el capítulo de gastos de personal de CCMA engulló 179,1 millones, un 6% más. La comparación de los costes laborales y los ingresos arroja datos chocantes. Cada uno de los 2.312 profesionales en nómina supuso un dispendio de 77.400 euros, pero su contribución en términos de cifra de negocio se redujo a 19.800 euros.
El formidable descuadre entre ingresos y gastos lo cubrió la riada de auxilios oficiales, que totalizaron 255 millones. Los aportó el Govern directamente y también otros satélites de su órbita como el Institut Català d’Empreses Culturals, la Agència Catalana del Consum, el Consell Català de l'Esport, la Agència Catalana de Turisme y la Agència per la Competititvitat de l’Empresa.
QUEBRANTOS Y FINANCIACIÓN
Pese a ese fortunón llovido del cielo, las cuentas de CCMA se cerraron el año pasado con una pérdida final de 5,8 millones. En 2019, por el contrario, se había logrado un superávit de 2,9 millones.
Desde la fundación de TV3 en 1983, solo ha ganado dinero en tres ejercicios. El saldo acumulado refleja un quebranto de más de 2.000 millones. En dicho periodo, los aportes del Govern superan largamente los 6.700 millones.
DESCALABRO PATRIMONIAL
La situación contable de CCMA se asemeja a un fallido. Los fondos propios son negativos en 29 millones, por lo que la Generalitat habrá de restaurar el equilibrio en el patrimonio social mediante la inyección de más dinero.
Las cuentas de CCMA se han formulado de acuerdo con el principio de empresa en funcionamiento, pese al desequilibrio en los recursos propios y el abultado agujero que presenta el fondo de maniobra.
FORTALEZAS Y AMENAZAS
La dirección del grupo CCMA enumera en el informe anual una serie de factores causantes y otros mitigantes de las penosas circunstancias que atraviesa.
Entre los primeros figuran su total dependencia del presupuesto catalán y el hecho de que ya se fundió todas las trasferencias del Govern en 2020. También alude al desplome publicitario vivido durante el covid y a las reclamaciones millonarias que plantea Hacienda.
TV3 Y CATALUNYA RÀDIO “SON NECESARIOS”
Entre los elementos mitigantes de su colapso financiero hay uno que es el mismo y, a la vez, la antítesis, del primer factor generador de su estado comatoso: su conexión directa con la Generalitat, que le garantiza financiación futura de forma prácticamente ilimitada.
Ello es así porque, según la propia CCMA, “TV3 y Catalunya Ràdio son unos medios necesarios para la prestación del servicio público de comunicación audiovisual”.
Asimismo, el informe alude a otro factor que aminora el siniestro latente. Se trata de la prórroga de los presupuestos del Govern, que le proporcionarán un ingreso mínimo de 240 millones en 2021. A partir de ahí, lo que haga falta, pues el Ejecutivo autonómico cubre todas las necesidades crematísticas que surjan sobre la marcha.
ENTUSIASMO PRESIDENCIAL
Los lamentables resultados de CCMA no desaniman a la presidenta en funciones, Núria Llorach Boladeras. Así lo acredita la euforia desatada que muestra en la extensa memoria anual. “TV3 ha cerrado 2020 con una cuota anual del 14,6%. Suma ya 11 años de liderazgo y sigue batiendo récords. También ha cerrado 2020 estableciendo otro récord: ser la cadena más vista durante 41 meses ininterrumpidos”.
Llorach asegura que la televisión autonómica “es la más valorada” por los telespectadores y “mantiene el récord de 2018 y 2019 en lo referente al índice cualitativo medio”.
ESTRICTOS CÓDIGOS ÉTICOS
En cuanto a los programas informativos, famosos por su sectarismo y sus continuas manipulaciones, Llorach está exultante porque “son líderes en calidad, credibilidad e imparcialidad”.
La jefa suprema alude además a los elevados estándares de responsabilidad social corporativa que según ella impregnan todos los departamentos de la casa y los estrictos códigos éticos que presiden el gobierno de CCMA.
LIQUIDACIÓN DE HACIENDA
Al margen de sus recurrentes problemas de tesorería, sobre CCMA gravita un pleito que puede suponer una sangría dineraria para los catalanes. Hace dos años, la Agencia Tributaria propinó a CCMA un acuerdo de liquidación por el que le exige el pago de 117 millones en concepto de IVA, por el periodo de enero de 2015 a octubre de 2017. CCMA ha interpuesto recurso ante el Tribunal Económico-Administrativo Regional de Cataluña.
Para rematar la faena, en junio de 2020 se inició otra inspección sobre el IVA, relativa al periodo que va de noviembre de 2017 a abril de 2020. Y en marzo último, Hacienda comunicó a la CCMA que amplía sus revisiones al periodo mayo-diciembre de 2020.
EL IVA DE LAS PREBENDAS
El meollo del asunto son las dichosas subvenciones del Govern y sus incontables apéndices. Hacienda exige el IVA que la CCMA debería haber repercutido en sus cobros, porque las ayudas oficiales son la contraprestación de un servicio público ofrecido a la Generalitat.
La Corporació lo ve de forma distinta. Arguye que según la jurisprudencia de la UE, están exentas de IVA las contribuciones otorgadas para lubricar “las actividades de interés general cuyo destinatario sea el conjunto de la sociedad”.
La cúpula de CCMA entiende que el riesgo de perder el pleito frente a Hacienda es “remoto” y ha acordado no dotar ninguna provisión por la multimillonaria reclamación fiscal.
Si finalmente la CCMA resulta condenada, no hay que alarmarse, la factura correrá a cargo del Govern, o sea, del conjunto de los catalanes.