PdePaola, la marca de joyería que nació en Instagram, se desvirtualiza. La firma se fundó en Barcelona de la mano de los hermanos Paola y Humbert Sasplugas. La compañía, que echó a andar en 2014, abrirá su primera tienda física en el número 572 de la avenida Diagonal de la capital catalana.
El establecimiento, de 230 metros cuadrados, comercializará todas las colecciones de la marca, incluyendo la línea de alta joyería. Además, el flagship store contará con un espacio dedicado a la colección engrave me, en el cual los clientes podrán personalizar sus joyas al momento.
40 MILLONES DE EUROS DE FACTURACIÓN
PdePaola cuenta con más de 60 empleados de 14 nacionalidades diferentes y el 69% de los trabajadores son mujeres. El 20% de la plantilla se incorporó en 2020 y ese año facturó más de 24 millones de euros, según indican fuentes de la empresa a este medio.
A día de hoy la firma suma más de 2000 puntos de venta --en tiendas multimarca y grandes almacenes-- repartidos en 100 países. Pero hasta ahora no contaba con tienda propia. En plena expansión, la marca planea cerrar el año con una facturación de 40 millones de euros. Entre los objetivos de la compañía se encuentran nuevas aperturas y el crecimiento de la marca a nivel internacional.
¿CÓMO LO HACEN?
Los talleres de la firma se encuentran en Barcelona, donde el equipo creativo trabaja en cada diseño desde el primer esbozo hasta la selección de materiales, el desarrollo de la muestra y la joya final.
Para materializar los artículos, la empresa imprime cada parte de la joya con impresoras 3D, donde utilizan la cera como material base. Más tarde realizan el negativo de la impresión con silicona, dando lugar al “molde madre” del diseño. Una vez acabado el proceso, rellenan el molde con la cera para replicar la pieza. El proceso se irá repitiendo tantas veces como productos vayan a fabricar.
Una vez acabados estos artículos, PdePaola construye lo que denominan el "árbol”: múltiples piezas de cera ramificadas y unidas a un pilar central. Se introduce el “árbol” en bateas circulares que se rellenan con yeso y se introducen en un horno, donde el yeso se seca y la cera del "árbol" se funde. ¿El resultado? Un negativo del árbol en yeso, que finalmente se rellena de nuevo con plata de ley 925 fundida y se deja secar.
Cuando la plata ya está en formato sólido, se retira el yeso y se talla con agua a presión las piezas del "árbol". Se limpia y se realiza el primer pulido a mano, consiguiendo cuerpos sólidos de plata: aquí es donde nace un fragmento de joya. Finalmente, se inicia el proceso de pulido: se eliminan las imperfecciones, se pulen las rayas producidas por la pizarra con ruedas de lino y algodón y se abrillantan los artículos con un cepillo húmedo. Si el diseño lo requiere, se sumerge la pieza en un baño de oro de 18 quilates que posteriormente se deja secar.
En la fase fina se juntan todas las partes de la joya y una vez las piezas de la producción están terminadas, el departamento de calidad realiza un control visual y táctil, así como un testado de uso en un muestrario de cada producción.