Fira de Barcelona cerrará 2021 con una facturación de 60 millones de euros –y un EBITDA negativo de 10 millones de euros–, y espera ingresar 170 millones en 2022, después de que el año pasado facturara 82 millones, debido a los efectos de la pandemia.
Lo ha explicado este miércoles en rueda de prensa el director general de la Fira, Constantí Serrallonga, junto con el presidente de la institución, Pau Relat; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el conseller de Empresa i Treball de la Generalitat, Roger Torrent; y la presidenta de la Cámara de Barcelona, Mònica Roca.
Serrallonga ha asegurado que, a pesar de estos datos, la Fira "mantiene intacta su solidez y su solvencia como institución", y ha defendido que el objetivo de este año no era la rentabilidad, sino prepararse para encarar un 2022 con las mejores perspectivas posibles.
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