“No estamos tristes, al revés”. El comentario denota que, pese a las dificultades, la economía se mueve en Barcelona y no debe mirar a Madrid de forma obsesiva. Los fondos de capital privado se muestran optimistas, aunque expresan su preocupación por una fiscalidad que castiga la retención de talento. En ese capítulo, no menor, Barcelona y Cataluña deben mejorar, pero la posición frente a Madrid y al resto de centros europeos es “muy buena”. Lo sostienen Luis Seguí, socio fundador y CEO de Miura Partners y Clara Campàs, socia fundadora de Asabys Partners, doctora en Bioquímica y Biología Molecular. “Barcelona conecta mucho más que Madrid con el inversor internacional”, en palabras de Seguí.
Los dos responsables de fondos de capital privado han debatido sobre la dinamización que ejercen esas empresas financieras en la capital catalana, en un acto organizado por el Círculo Ecuestre, con la presentación de su presidente, Antonio Delgado, en el que ha participado el director adjunto de Metrópoli, Manel Manchón. La idea central es que los fondos, hace unos años casi despreciados por el entramado empresarial catalán, han entrado ahora en muchas grandes y medianas empresas, --de propiedad familiar-- favoreciendo una mayor dimensión e internacionalización.
GESTORAS EN SALUD
Barcelona protagoniza una paradoja, y es que es su especialización, en muchos ámbitos, como en biología, un hub sanitario de “todo el sur de Europa y algo más arriba”, en palabras de Campàs, atrae el capital internacional, pero la mayoría de los fondos de capital privado están en Madrid. “Aunque el 80% del private equity está en Madrid, y sólo el 20% está en Barcelona, la tendencia a la verticalidad y la especialización en la capital catalana equilibra la balanza”, a juicio de Seguí. El hecho novedoso que se ha producido en los últimos años y que explica una mirada optimista lo ofrece Campàs, al señalar que “siete de las diez gestoras especializadas en el sector salud están radicadas en Barcelona”. Eso retroalimenta al sector, porque “los profesionales van donde ya están otros, y el capital donde ya hay esa inversión”.
La especialización, por tanto, marca el camino, sea en el campo tecnológico, con empresas concentras en el 22@, o en el sanitario. Para llegar a esa situación, sin embargo, es necesario un trabajo previo de muchos años. Algo que se produjo en Barcelona en el campo de la salud con centros de investigación y buenos hospitales, con una buena colaboración público-privada. Clara Campàs lo ha explicado en el Círculo Ecuestre: “En Barcelona tenemos a los Messi, Lewandowski, y las Putellas de la comunidad científica”, y todo ese ecosistema atrae la inversión internacional.
Pero, ¿qué piedras se cruzan en el camino? La fiscalidad es la principal. El tramo autonómico del IRPF que impone la Generalitat puede ser perjudicial para el profesional que decide instalarse en Barcelona. También Patrimonio, o todas las exigencias burocráticas. Se trata de “agilizar muchas cuestiones para retener y atraer nuevo talento”, según Camàs. Gonzalo Rodés, ex presidente de Barcelona Global, presente en el debate en el Círculo Ecuestre, asentía con la cabeza. Y es que Rodés trabajó, desde el lobi empresarial, por una mejor fiscalidad para el profesional internacional que decide instalarse en Barcelona. “Hacer negocios es más caro en España que en otros territorios”, ya que “la fiscalidad determina dónde se instalan y crean los ecosistemas del capital privado internacional”, según Luis Seguí.
MEJOR RECESIÓN CORTA QUE LARGA INFLACIÓN
La colaboración público-privada también podría mejorar, pero Campàs ha sido taxativa al diferenciar entre una retórica que defiende la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con la realidad posterior: “El Ayuntamiento de Barcelona es inversor en fondos privados, como lo es el ICF de la Generalitat, o el ICO en toda España”. Otra cosa son las cuantías, todavía modestas. Pero la apuesta “existe”.
Los fondos de capital privado consideran que las administraciones, “haciendo lo correcto”, pueden ayudar a crear un mayor dinamismo, y que la situación política en Cataluña no es un obstáculo para seguir creciendo. Lo es el contexto internacional, con el conflicto de guerra en Ucrania y la inflación disparada y los bancos centrales tentados en subir de forma brusca los tipos de interés. “Pero si se hace con tacto, teniendo en cuenta que es mejor una pequeña recesión que una situación de inflación prolongada, deberíamos seguir adelante con todos los proyectos en marcha”, a juicio de Campàs.