Los motores económicos tienen sus dinámicas y funcionan con cierta inercia, aunque se les ponga impedimentos. Pero no son eternos. Es el caso de Barcelona, a juicio del economista Gonzalo Bernardos, que culpa de las dificultades de la ciudad a la candidata de los comunes, Ada Colau. “Barcelona es un Ferrari, pero el mecánico Colau le ha quitado las cuatro ruedas”, ha constatado en una conferencia-coloquio en el Círculo Ecuestre.

Gonzalo Bernardos ha dado cuenta de los retos de la economía española, catalana y barcelonesa en una sesión de debate en el Círculo Ecuestre, moderada por el director adjunto de Metrópoli, Manel Manchón. En el caso de Barcelona, el problema es que la ciudad necesita “un sector económico que sea tractor, y que complemente el turismo, que ya lo es y que es muy importante”. A juicio del economista, experto en el sector inmobiliario, el sector tecnológico no puede cumplir ese papel, de complemento, porque “tiene los pies de barro”.

MÁS ALLÁ DEL TURISMO

La coyuntura es complicada, porque el aumento de los tipos de interés afecta al conjunto de la economía y, especialmente, a las empresas que estén más endeudadas. Es el caso del mundo de las startups que están localizadas en el distrito 22@. “Funcionará una de un millón”, ha remachado Bernardos. La cuestión es que, al plantearse esas empresas como activos financieros, más que como compañías que deberían presentar beneficios a medio plazo, la subida de los tipos de interés complica las cosas, desde el alquiler de los locales al propio modelo de negocio, “basado en colocar la empresa a un tercero, y esté a otro, en una especie de espiral especulativa”. El modelo “no puede ser Glovo”, ha insistido Bernardos.

El presidente del Círculo Ecuestre, Antonio Delgado; Manel Manchón y Gonzalo Bernardos, en el Círculo Ecuestre / CE

Los activos de la ciudad son enormes, según el economista, una idea que se comparte en el seno del Círculo Ecuestre. Los profesionales de muchos sectores quieren vivir y trabajar en Barcelona, “y por eso mismo necesitamos coger el Ferrari, apartar al mecánico y colocarle las cuatro ruedas”, ha señalado Bernardos, en una clara alusión a Ada Colau, aunque sin ofrecer ni mojarse por una alternativa política concreta.

La ciudad debe tirar del turismo, “pero no sólo de ese sector”. Los complementos, a su juicio, deben colocarse en el sector biomédico, y en el energético, “con planes inteligentes y que se planteen a medio y largo plazo”. El reto lo debería asumir un empresariado, según el economista, que active su dinero y no lo deje únicamente aparcado en el inmobiliario, con rentas procedentes del alquiler de edificios de viviendas.
 

¿Hay amenazas a corto plazo? A diferencia de otros expertos, Bernardos considera que se abre una etapa llena de oportunidades para el conjunto de la economía española y catalana. Mientras el centro de Europa tendrá dificultades, por los precios de la energía, y la dependencia que ha tenido hasta ahora de las manufacturas chinas, España puede reindustrializarse y apostar con determinación por sectores como el coche eléctrico.

COMPRAR EDIFICIOS DE OFICINAS

En el caso de Barcelona, hay otro factor, y es el comportamiento del Govern de la Generalitat. Para favorecer ese Ferrari, es necesario que el gobierno autonómico ofrezca incentivos, en forma de una mayor agilidad burocrática y también con mejores políticas fiscales.

¿Paro a la vista? Al contrario. Lo que Gonzalo Bernardos prevé es que haya una falta de trabajadores en muchos ámbitos, que exigirá una política de inmigración “sólida e inteligente”, con la elección de trabajadores extranjeros en función de las necesidades.

Los asistentes esperaban, sin embargo, el momento para ir al grano, para preguntar por las inversiones, por el mejor momento para implementarlas. Bernardos, que nunca se esconde ante esas cuestiones, se avanzó: “No inviertan en 2023 en vivienda, pero esperen hacia final de año para hacerlo, porque habrá muy buenas oportunidades y, principalmente, en el campo de las oficinas. Compren edificios enteros de oficinas”, ha recomendado, al entender que los precios serán interesantes, teniendo en cuenta la gran oferta que se ha generado, con la construcción de edificios en el 22@ en los próximos años.

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