Café de Finca es la marca de Castelldefels que seduce a los deportistas. El proyecto que iniciaron Jonathan Moral y Juan Pendas con una pequeña tienda de café se ha convertido en el favorito de algunas de las caras más reconocidas del deporte. La marca, que ya vende 50 toneladas de café al año, ha incorporado a su accionariado a los hermanos Gasol, a Marc André Ter Stegen o a Ansu Fati, entre otros.
Todo comenzó en 2009, con una pequeña tienda que contaba con una máquina diminuta de café en Castelldefels. Su éxito hizo que los dos empresarios convirtieran el local en cafetería: así nacía el primer café de especialidad en España. Ahora, desde Castelldefels reparten granos de café por toda España, Portugal y Andorra. El producto de la compañía proviene de fincas distintas ubicadas en Honduras, Salvador, Guatemala, Colombia, Etiopia o Nicaragua.
INVERSORES Y ACUERDOS
Tras levantar un millón de euros el año pasado, Café de Finca se convirtió en la apuesta inversora de muchos deportistas. La mayoría de ellos ya eran clientes de la empresa, como los hermanos Gasol o el portero del FC Barcelona Marc-André Ter Stegen. Otros, como Radamel Falcao, Ansu Fati o Mario Suárez, se han unido al proyecto por su afición por el producto. Ahora, la empresa prevé volver a buscar capital en 2024.
El último acuerdo que ha alcanzado la compañía es la entrada en el gran consumo, manteniendo la apuesta por la manipulación artesana del producto. De momento, el Café de Finca ya se puede adquirir en las superficies de Grup Ametller y Caprabo.
La marca también ha anunciado su expansión internacional con la disponibilidad de sus productos en Amazon, llegando así a Francia, Bélgica, Italia, Países Bajos, Alemania y Reino Unido.
MERCADOS Y PRODUCTO
“España es un mercado de hábitos muy arraigados, pero con un consumo discutible. Nosotros estamos intentando cambiar estas costumbres, y parece que la gente joven nos está acompañando”, señala Jonathan Moral a Metrópoli. "En este país, estamos acostumbrados a beber el café como estimulante, como si solo existiera una opción: en muchos casos se desconoce la gran variedad de matices que hay", subraya.
La compañía también confía en que el café de especialidad replique al sector del vino o la cerveza. "Los sabores y aromas varían mucho en función de la procedencia del grano, del tratamiento que se le haya dado, del tueste e incluso del envasado. Hay que educar los paladares, al igual que han hecho otras bebidas", detalla Moral.