Carles Navarro Vigo (Barcelona, 1964) es un hombre optimista. “Es también nuestra obligación ser optimistas como dirigentes empresariales”, señala. Está al frente de Basf, como director general en España. Y se ha responsabilizado de diferentes áreas en la multinacional química alemana en países como Turquía o Canadá. Ingeniero químico por el Instituto Químico Sarrià (IQS), y máster en Dirección de Marketing por Esade, Navarro comunica con gran proximidad y transmite la idea que siempre está detrás de la empresa: la de facilitar soluciones cuando hay problemas. El más acuciante, ahora, para una empresa química, es la descarbonización y la apuesta por la economía circular. Basf, radicada desde hace 50 años en las comarcas de Tarragona, con inversiones también en toda España, ha buscado otras latitudes para poner en marcha centros de investigación digital. Barcelona está en el radar de Navarro, pero el Hub digital de la empresa se impulsó hace cuatro años en Madrid. “En Barcelona hay mucho talento digital, pero más rotación que en Madrid", señala, con la idea de que la enorme competitividad en la capital catalana provoca que los profesionales digitales estén más disputados.

Navarro señala el enorme reto que afronta Basf y toda la industria química en general. Lo expone con un símil, y es que las grandes empresas, y, en realidad, toda la economía, debe vivir el día a día, dentro de una casa que está en obras. En el caso de Basf debe poder ofrecer beneficios a sus accionistas, pero con planes de inversión ambiciosos que atiendan los planes de descarbonización, y la sustitución por la energía verde. Su empresa, radicada en Tarragona desde 1969, con 2.600 trabajadores en las distintas fábricas en toda España, tiene un plan de 28.000 millones de euros, y de ellos 4.000 millones en Europa, para reconvertir la industria a partir de energía verde. En Holanda ha invertido 1.500 millones en parques eólicos marinos para servir a las plantas de Basf en Bélgica.

EL COCHE ELÉCTRICO Y LAS BATERÍAS

Pero en una multinacional hay otras cuestiones que también son cruciales. El manejo de los datos internos, la necesidad de mejorar procesos en todas las fábricas, es algo vital. Navarro, en una entrevista en el programa Converses, de la Cadena Cope, con la participación de Metrópoli, se refiere al hub digital que se instaló en Madrid. ¿Por qué no en Barcelona, que ha logrado ser la gran referencia en España en el mundo digital, con numerosas empresas digitales? Navarro señala que el proceso, llevado por la empresa alemana, aconsejó apostar por el talento digital radicado en Madrid, y de unas decenas de personas ha pasado a 550, que ofrecen servicios digitales a todas las empresas del grupo químico. Se trata de una elección que obedece a la mayor rotación de profesionales digitales que se produce en Barcelona. “En Madrid había más personas potencialmente contratables, más personas que podían responder a las demandas”, señala Navarro, que añade ese hecho determinante: “En Barcelona hay mucho talento digital, pero más rotación que en Madrid". Es un hecho que las empresas asociadas a Tech Barcelona, -que agrupa a las compañías tecnológicas—han señalado en los últimos años. Un determinado profesional, en concreto programadores, pueden recibir ofertas a la semana de estar trabajando en una determinada empresa. Aunque la fiebre de las inversiones en startups se ha reducido, esa cuestión no es tan relevante en otras ciudades como Madrid.

Carles Navarro, director general de Basf para España y Portugal MA

Pero una empresa química como Basf está muy orientada a la fabricación de productos más sostenibles. Navarro tiene claro que la “movilidad sostenible pasa por el coche eléctrico”, pero se necesita avanzar en el campo de las baterías. Basf está en ello, como lo está en la necesidad de mejorar los componentes que lleva un coche, desde los catalizadores, hasta todo tipo de plásticos. En la industria de los aviones, la multinacional ha ideado un recubrimiento que imita la piel de los tiburones, una pintura que reduce el consumo de queroseno en un 1%. Es un porcentaje mínimo, pero puede reducir en un año hasta 1.200 toneladas de combustible.

En cuanto a las baterías para coches eléctricos, que pueden ser clave en una ciudad como Barcelona, que en los últimos años ha tratado de disuadir su utilización, Basf investiga en nuevas tecnologías que permitan una carga más rápida y que “sean reciclables, porque no podemos acumular y acumular perjudicando el medio ambiente”.

APUESTA POR LA FP DUAL

La multinacional ha visto cómo se reducían sus márgenes de rentabilidad en el último año, con el encarecimiento de la energía, producto, en gran medida, de la guerra en Ucrania. Como todo el sistema productivo alemán, el cierre del grifo del gas ruso ha perjudicado a Basf, que, sin embargo, tiene perspectivas positivas para 2024 y 2025. Navarro entiende que el conjunto de la economía se va ir recuperando, y siempre ligada a esa enorme transformación que significa la descarbonización.

Una pata que ha desarrollado con fuerza Basf, como otras multinacionales alemanas, es la Formación Profesional dual. Navarro pide “a las pequeñas y medianas empresas” que apuesten por ello, en función de sus posibilidades. En el caso de Basf, ha calado el ejemplo implantado en Tarragona, en colaboración con el Instituto Compte Rius, con un plan de 28 meses que lleva a los estudiantes a centros de Basf en Alemania, los acredita con un título de operador químico alemán, y les asegura un puesto de trabajo con un buen salario propio de la industria alemana.

Esa apuesta por la formación profesional dual, que combina los estudios con el trabajo en las empresas, ha comenzado a calar en el conjunto de España, en Barcelona y en el área metropolitana. Sin embargo, se debe “intensificar”, a juicio de Carles Navarro.