La tradición pesebrista en Catalunya se sustenta sobre unas pocas manos. Una de ellas es la empresa Pessebres Puig, la última tienda física de belenes de toda la comunidad, que sobrevive con la tercera y cuarta generación de la familia Puig al mando.
Mientras Francesc Puig dirige el establecimiento de la calle Comte Borrell, sus hijos Arnau, Xerti y Guifré diseñan y distribuyen el 70% de todas las figuritas de belén que se venden en España desde su fábrica de Sant Esteve Sesrovires.
HISTORIA DEL NEGOCIO
El negocio nació en el lejano 1917, cuando el abuelo de Francesc Puig decidió abrir un punto de venta en la Fira de Santa Llúcia. Quince años más tarde, su hijo, padre del actual propietario, abrió una fábrica en el Poblenou para continuar con el proyecto tras ganar un premio de pesebristas en Sant Boi de Llobregat. Allí permanecieron hasta 1967, cuando compraron el actual local de la calle Comte Borrell.
Tras más de medio siglo en la ubicación, Puig ha visto cómo la Navidad ahora se comercializa en grandes superficies o en paraditas de mercados especializados, y ahora es la única tienda de Catalunya dedicada exclusivamente a este negocio, y una de las pocas que quedan en España.
PRODUCTOS
La tienda dispone de un repertorio de más de 1.000 productos de resina, barro o plástico. Puig ya no fabrica sus propias figuritas navideñas, pero sí que las diseña y comercializa a todos los puntos del país y al extranjero, con Alemania e Italia como mercados principales.
Durante los dos meses en los que permanece abierta la tienda --noviembre y diciembre--, Pessebres Puig recibe visitantes curiosos de toda Catalunya, e incluso del resto de España. En los meses en los que el local permanece cerrado, Francesc acude regularmente a la trastienda para producir pequeñas escenas que recreen la anunciación o el nacimiento de Jesús.
¿RELIGIÓN O TRADICIÓN?
"Ha llegado un punto en el que esto ya no se hace por religión, sino que se hace por tradición. Los abuelos se lo enseñan a sus nietos, y los belenes se convierten en una forma de mantenerse unidos a su memoria", señala Puig.
El grueso de la facturación de Puig se concentra en la distribución de sus figuritas a grandes almacenes como el Corte Inglés, Hipercor o Jardiland, además de los mercadillos navideños de Sevilla, Segovia o Madrid, entre otros.
Pese a que Puig confiesa que la prohibición de introducir belenes en las escuelas y las diferentes políticas laicas llevadas a cabo en Catalunya han lastrado su negocio, su facturación lleva mucho tiempo estancada: ni sube ni baja, pese a la pandemia o el retroceso de la fe cristiana.