Barcelona va a potenciar los rodajes de películas, anuncios o documentales como una de las formas de volver a situarse en el escaparate mundial de la industria audiovisual. La Barcelona Film Comission (BFC) multiplicará desde este mes de diciembre sus recursos bajo la tutela de Spurna Visual, una compañía del grupo Lavinia, especializado en este mercado. BFC es la oficina de captación, asesoramiento, gestión, apoyo a la tramitación y promoción de los rodajes audiovisuales en la ciudad. Lavinia es propiedad del periodista y empresario Antoni Esteve y de su mujer, Victòria Piany.
La actividad de rodajes es una importante industria que se quiere potenciar con el nuevo Ayuntamiento. En 2022, hubo 24 rodajes (con un impacto económico de 90 millones de euros) y la gestión de la oficina costó 173.978 euros. Ahora, la inversión en este terreno se multiplica: el contrato con Spurna Visual para los dos próximos años asciende a 546.896 euros, con la posibilidad de prórroga por otros dos años, por lo que la inversión en este tema ascenderá a casi 1,1 millones de euros, lo que representa un gasto anual de más de 273.000 euros, un 157% más de la dotación que había hasta ahora. La apuesta municipal, pues, está clara.
PELÍCULAS GALARDONADAS
En el consistorio se cantan las excelencias de la ciudad como referente audiovisual en todo el mundo: “Barcelona constituye uno de los espacios privilegiados para atraer rodajes de audiovisuales por sus localizaciones, por su historia, por su clima, por los servicios que puede ofrecer cubriendo todas las necesidades de las producciones, por los destacados profesionales del ámbito del audiovisual y los centros formativos relacionados con el audiovisual directa e indirectamente en la ciudad y su entorno, por la oferta cultural, por sus comunicaciones, por la capacidad de generación de contenidos, por las oportunidades de desarrollo de industrias directas y auxiliares asociadas a la realización, producción y promoción (infraestructuras técnicas, localizaciones, alojamiento, publicidad, actores, figurantes, catering…) y por las oportunidades de proyección de la ciudad al mundo”.
Recuerdan que películas rodadas en la capital catalana han obtenido galardones internacionales: no sólo en los Premios Gaudí (8), sino en los Goya (4), en Zurich (5), en Reykjavick (3), en Morelia (México, 2), en Chicago (1), en Toronto (1) y en Busan (Corea, 1). Además, los rodajes suponen un importante beneficio económico para la ciudad: “Esta actividad económica genera bienes culturales, entre otros, contribuye al desarrollo de la ciudad y al mismo tiempo Barcelona se presenta, proyecta y promociona por todo el mundo a través de diferentes productos audiovisuales culturales”.
CRECIMIENTO SOSTENIDO
Los informes municipales sobre el sector no dejan lugar a dudas: “Todas estas películas, en su proceso de producción, generaron para la ciudad y para la ciudadanía recursos económicos y contratos de trabajo para diferentes sectores profesionales y económicos, como alquiler de materiales técnicos, alquiler de vehículos, consumo de energía, efectos especiales, alojamientos y alimentación, contratación de personal y equipos técnicos de diversas disciplinas (actores, figurantes, alumnos en prácticas y castings, empresas relacionadas con estética, vestuario, localizaciones…). Por tanto, los rodajes para la ciudad constituyen un sector industrial y económico que contribuye al desarrollo de la ciudad de forma diversa”.
Según el Ayuntamiento, la capital catalana tiene “un innegable atractivo audiovisual como escenario de rodajes”. La Administración local ha impulsado un trabajo conjunto entre la BFC, los 10 distritos y otros operadores municipales desde diferentes áreas para homogeneizar los criterios de los rodajes. “Tras la pandemia del Covid-19, los rodajes en Barcelona se incrementaron, superando el número de los del año 2019”. El motivo fue el incremento de la demanda de productos audiovisuales que se disparó por la pandemia, un tipo de comunicación que se hizo imprescindible y que dominó la escena mundial desde los inicios de la alerta mundial.
La perspectiva es que la demanda siga subiendo ininterrumpidamente en el futuro inmediato. “Esto está en la línea del crecimiento de la propia demanda sostenida, pero también por el compromiso de los poderes públicos en el año 2020, como el del gobierno del Estado español, que impulsó el objetivo de hacer crecer la producción audiovisual en España un 30% en cinco años, dedicando recursos al fomento de la producción y promoción audiovisual, a la integración de tecnologías digitales y a la internacionalización de la industria y el talento local en un entorno global. Barcelona quiere aprovechar esta coyuntura participando de la promoción del sector y con el sector e incorporar mejoras para minimizar las externalidades negativas que generan los rodajes”. La pretensión es “ir aumentando el número de rodajes” y volver a poner a Barcelona con luces de neón en las principales plataformas mundiales.