¿Qué ocurre en el número 86 de la calle Enric Granados? El local donde fracasó el restaurante Bellavista del Jardín del Norte, propiedad del futbolista Leo Messi, ha vuelto a sumar otro traspié: el del Grupo Salvaje, que tras solo tres años en la ubicación ha cerrado sus puertas y se ha trasladado a los bajos del opulento hotel Meliá de la calle Casp con paseo de Gràcia.
En Enric Granados, Salvaje ofrecía comida japonesa con un espacio de coctelería, espectáculos, animación y música. El local presentaba una decoración fastuosa, con estatuas de animales dorados y reservados exclusivos, combinada con una oferta gastronómica nipona con fuerte influencia mediterránea y nórdica.
Quejas vecinales
Todo estaba pensado para que la burguesía más granada de Barcelona pudiera ver y dejarse ver. Salvaje abrió sus puertas tras el Covid, en el peor momento del siglo para la restauración. Pronto comenzaron a llegar los reveses: el primero fue el vecinal.
El bullicio que emanaba la estancia era insoportable. El local presentaba problemas de insonorización que, en un principio, le comportaron sanciones administrativas por parte del consistorio. También poseía una terraza interior a través de la cual el ruido se filtraba por toda la manzana.
Mediación para reducir el ruido
Según denuncia la plataforma SOS Enric Granados a este medio, el sonido era insoportable. El reggaeton fluía a todo volumen cuando caía la noche, lo que no dejaba descansar a los vecinos.
Sin embargo, Salvaje reaccionó. Tomaron cartas en el asunto y nunca más se reportó ningún incidente. Las conversaciones entre los vecinos, los dueños y sus abogados fueron positivas, primó el entendimiento y los decibelios bajaron.
Madrid y Barcelona, cara y cruz
Poco a poco, Salvaje fue perdiendo fuelle. Según detallan fuentes del sector de la restauración barcelonesa, el modelo que ofrecía el grupo estaba afianzado en Panamá —donde nació— Bogotá y Miami, pero al llegar a España se encontró la cara y la cruz: convenció en Valencia y Madrid, pero pinchó en Barcelona, donde no sedujo a la clase alta.
Pero a Salvaje le ha quedado la mosca detrás de la oreja con su tropiezo en la capital catalana, por lo que ha decidido mudarse y volver a intentarlo. El grupo oteó el mercado y decidió instalarse en los bajos del hotel Meliá de Casp con paseo de Gràcia.
En busca del turista
Ahora buscará un target que combine el público barcelonés con el visitante turista. Ubicado en la zona más prime de Barcelona, el nuevo Salvaje ocupará 600 metros cuadrados y estará en la planta -1 del Me by Meliá.
Justo encima tendrá un bullicioso mercado gastronómico asiático, por lo que el ruido de sus espectáculos en esta ocasión no supondrá ningún problema para los negocios colindantes.