La bodega Miguel Torres tiñe sus cuentas del color del vino tinto. La histórica firma vinícola, comandada por la quinta generación de la familia, registró pérdidas por valor de 3,3 millones de euros. Aunque el año anterior ganó 2 millones, acumula un boquete de más de 28 millones desde 2019.
El quebranto acaeció pese a que la firma bodeguera logró incrementar su cifra de negocio un 4%, hasta 253 millones. Los ingresos del grupo siguen, pese a todo, por debajo de las magnitudes de 2019, antes del estallido de la pandemia, cuando giró 257 millones. De hecho, se encuentran en niveles similares a los que registraba en 2014.
Irrisorias pérdidas
El déficit apenas supone un leve rasguño en el patrimonio de la entidad. La capitalización de su balance es tal que sus recursos propios (capital más reservas) suman la astronómica cantidad de 272 millones, una cifra incluso superior a sus ingresos. Tal guarismo se ha construido gracias a la histórica política del grupo de destinar los beneficios a fortalecer el balance.
Los activos del grupo, mientras, se cifran en más de 400 millones, entre los que destacan 120 millones en existencias o 107 en terrenos y construcciones. Sus deudas con entidades crediticias son de 17 millones.
El principal impulso de la bodega Miguel Torres llegó del exterior, tal como suele ser habitual. El 62% de su cifra de negocio provino de las exportaciones a los mercados internacionales, mientras que la venta nacional copó el 38%.
Extensos tentáculos
La empresa vende sus caldos en 112 países. El extenso repertorio de marcas propias abarca 83 de vino y una decena de destilados, en especial brandy. Tiene una plantilla de 1.147 trabajadores, la mayor parte de ellos sitos en España, pero también ubicados en China, Chile y Andorra.
En 2022 el grupo adquirió la empresa logística Colomé Angelats, la compañía inmobiliaria Fransola SA y una bodega en Galicia. También abrió una nueva tienda de vinos, El Petit Celler, en Sant Pere de Ribes, en la barcelonesa comarca del Garraf; mientras que cerró su pop up Wine House, ubicada en el paseo de Gràcia de Barcelona.
Quinta generación Torres
El consejo de la vitivinícola, sita en Vilafranca del Penedès, está presidido por el veterano Miguel Agustín Torres Riera, presidente y accionista mayoritario a través de la sociedad Holdmatwin. Su hijo, Miguel Torres Maczassek, desempeña el cargo de director general desde hace una década y está llamado a liderar la casa cuando su padre decida retirarse.