Una sintonía total, un trabajo conjunto, con un objetivo compartido, el de “transformar” el turismo en Barcelona, sin ganar en cantidad, pero sí en “calidad”. Es lo que defiende el hotelero Jordi Clos, presidente, a su vez, de Turisme de Barcelona, que ve al alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, en la misma tesitura. A diferencia de lo sucedido en anteriores mandatos --aunque hubo algunas coincidencias--, con la alcaldesa Ada Colau, ahora la coincidencia con el Ayuntamiento es total.
Una de las obsesiones de Turisme de Barcelona, durante muchos años, fue la “promoción de la ciudad”. Pero eso debería quedar ya en segundo plano, a juicio de Jordi Clos, que proyectó sus deseos este jueves en una intervención en el Círculo Ecuestre. “Debemos hacer otra cosa, de la promoción a la transformación del tipo de turismo”, señaló, con el objetivo de que ese turista, cuando decida viajar a Barcelona, “sea por algo en concreto, no viajar por viajar. Que venga por una cuestión gastronómica, por una visita cultural interesante”. ¿Pero cómo y quién decide eso, cómo se condiciona?
Es el trabajo en el que está inmerso Turisme de Barcelona, como señala Jordi Clos, que admite el enorme esfuerzo –porque se parte casi de la nada— para digitalizar el sector y facilitar, a través de la Inteligencia Artificial, las ofertas personalizadas a los potenciales visitantes. Eso debe ir acompañado de otras estrategias, como la de buscar a los turistas en los lugares de origen. Producto de ello, según Clos, ha sido el congreso de McDonald's, con 14.000 visitantes. “No han elegido Barcelona por causalidad. Hay un trabajo previo, de muchos meses atrás, para asegurarles que podían contar con la ciudad, con los hoteles, con todo lo que necesitaran”.
Paellas precocinadas
Incidir en ese camino pasa por estrechar la colaboración público-privada. La coyuntura facilita esa apuesta, porque el Ayuntamiento de Jaume Collboni, como señala Clos, está en la misma posición. El momento es singular. “Estamos en uno de los mejores momentos después de la época de Maragall (Pasqual) y Clos (Joan)”, precisa Jordi Clos, para constatar algo que no sucedió en los anteriores ocho años: “Jaume Collboni está totalmente alineado” con Turisme de Barcelona.
El secreto, en los próximos años, será el de ajustar al máximo lo que se pide con la oferta de Barcelona. Clos es consciente de que la ciudad se defenderá de los excesos. Y ya se está “invirtiendo” con fondos del Next Generation de la UE “en un gran proyecto, una plataforma de conjunto que reúna todos los elementos indispensables y la información necesaria para los que llegan a Barcelona”. Por tanto, lo que se debería evitar es la aglomeración en determinados puntos de la ciudad. “Hay que diversificar por toda el área de Barcelona y poder programar visitas y entradas en lugares turísticos, y evitar las masas que no traen ningún beneficio a la ciudad y que saturan lugares como Las Ramblas, y que, como máximo, se toman una paella precocinada”, según Jordi Clos.
Una de las polémicas de los últimos meses se ha centrado en la llega de cruceristas. Para Clos se debe saber diferenciar: los que están de paso, y sólo se quedan unas horas y los cruceros con turistas que pernoctan varios días y llegan en avión desde destinos intercontinentales. “Gracias a los cruceros ha habido conexiones aéreas intercontinentales con Estados Unidos”, ha señalado Jordi Clos en el Círculo Ecuestre, con la defensa cerrada de la ampliación de El Prat para poder potenciar ese tipo de vuelos de largo radio. “La ampliación es básica para una economía de escala de Barcelona y Catalunya y posicionará la ciudad en el mundo, por lo que es un error pensar que disparará el turismo”.
Todo, por tanto, en la misma línea que defiende el Ayuntamiento de Barcelona. Las diferencias, aunque mínimas, se centran en qué hacer con algunos edificios en el centro de la ciudad. ¿Se deben rehabilitar para convertirse en pequeños hoteles de lujo? Hay inmuebles singulares, antiguos palacetes que podrían ser ese tipo de hotel que busca Jordi Clos –a la sazón presidente del Gremio de Hoteles--. El alcalde Collboni se mostró favorable a ello, lo que comportaría excepciones en el Peuat, el plan que restringe más hoteles en Ciutat Vella, pero posteriormente ha puesto más objeciones.
La sintonía es total, sin embargo, en la limitación de los pisos turísticos. Para Clos “fue un error” permitir los pisos turísticos en edificios de viviendas. Es decir, que los particulares pudieran ofrecer sus pisos en las plataformas digitales. Lo que defiende Clos es que sean los profesionales del sector los que presten ese servicio, con inmuebles enteros disponibles para ello. Por ahora, Collboni está en esa misma línea, retirando todos los pisos turísticos que, en muchos casos, no cumplen la ley.