Paellador vende cada año cientos de miles de paellas congeladas a los turistas que visitan Barcelona. Ofrece un mejunje de arroz y otros aditamentos que los restaurantes sólo tienen que desempaquetar, calentar y servir a los clientes. Con esta sencilla fórmula facturó 10 millones en 2022, un 57% más que el año anterior.
La empresa mantenía un desarrollo alcista, al calor del imparable crecimiento del turismo, que sólo se vio truncado en 2020 por el coronavirus. El cierre de los restaurantes hundió sus ingresos hasta poco más de 3 millones y, además, registró unas pérdidas de 1,8 millones.
Beneficios constantes
Los números rojos se mantuvieron en 2021, aunque de pequeña cuantía. Tras la normalización sanitaria, Paellador volvió a colocar sus paellas a todo trapo y sus cuentas recuperaron la senda positiva.
Salvo el excepcional ejercicio del Covid, ha contabilizado beneficios de forma recurrente en el curso de la última década, del orden de los 180.000 euros anuales.
Dividendos a destajo
La compañía mantiene la norma de repartir dividendos sin parar, aunque las cuentas arrojen pérdidas. En 2022 desembolsó 200.000 euros, la misma cantidad que el curso anterior.
Después del reparto, los fondos propios quedan en 5,4 millones, mientras que las deudas bancarias rondan los 5 millones.
Demanda nacional y europea
Los ingresos de Paellador provienen sobre todo del negocio en el mercado español, tanto en La Rambla como en otros enclaves turísticos del país.
Aunque parezca increíble, registra una demanda exponencial procedente de otros países de la Unión Europea. En 2022 su facturación al mercado común experimentó un crecimiento del 67% y ya suma 1,3 millones. Mayor aún fue el incremento en el resto del mundo, que se disparó un impresionante 117%.
De Igualada a La Rambla
Paellador es una marca de Meritem, radicada en Igualada. La propietaria de dicha entidad es Seudor Grup, también de Igualada y administrada por el empresario Javier Herreros Torrens.
En nombre de Seudor, ejerce de administrador de Meritem-Paellador un personaje igualadino llamado Francisco Seuba Trullás. Este ciudadano ha aparecido en las listas de Hacienda como el mayor moroso de las comarcas centrales de Catalunya, con una deuda de 9,1 millones.
Paellador, al calor del turismo
La marca Paellador nació poco antes de los Juegos Olímpicos de 1992, al calor del auge del turismo. Vende varios tipos de arroces de calidad discutible, destinados a ser consumidos por visitantes foráneos. Destacan artículos como paellas de marisco, de verduras, valenciana, del senyoret o un controvertido potingue denominado fideguay, que incluye fideos, salchichas de frankfurt y queso fundido.
También comercializa una suerte de coques de recapte llamadas Cruji Coques; un preparado que hace las veces de pasta, de nombre Pasteghetti; y un surtido de tapas asimismo congeladas, bautizadas como Tapasdor, entre las que figuran algo parecido a los callos y las albóndigas.
Y ahora, paellas al microondas
Por lo demás, el grupo alimentario ha invertido medio millón de euros en I+D para desarrollar una nueva gama completa de arroces y paellas que se cocinen en un microondas.