La 37 edición de la Copa América de vela está a la vuelta de la esquina. A pocas semanas del comienzo de la competición, comienza la cuenta atrás para ultimar todos los equipamientos que el evento necesita con el objetivo de estar a la altura de las circunstancias. El pasado lunes, la Fundació Barcelona Capital Nàutica (FBCN), que controla toda la organización, contrató a la empresa G2 Visual Group Rótulos para la construcción del Race Village de la regata, es decir, el centro vital de la organización del acto.
Estas instalaciones irán en el Moll de la Fusta. Se trata, según un informe interno de la Fundación, de “un espacio que no solo cumpla con las expectativas funcionales y estéticas, sino que también se integre armoniosamente con el entorno de la competición”. El Race Village será, según este documento, “el centro neurálgico del acontecimiento y se concibe como un punto de encuentro que refleje la esencia de una villa marinera típica catalana, aportando una conexión emocional con la cultura local y promocionando el patrimonio cultural catalán a los visitantes”.
“Un punto vibrante"
En las cláusulas del contrato se especifica que “este espacio “será el centro neurálgico para el seguimiento de la competición y se espera que concentre no sólo a aficionados al evento, sino también a todos aquellos visitantes que puedan venir a la ciudad. Será un punto de encuentro vibrante y diverso, donde aficionados a la vela y visitantes de todo el mundo se reunirán para celebrar la pasión por este deporte. Se concibe como un punto de encuentro auténtico que capture la esencia de una villa marinera típica catalana, invitando a los visitantes a explorar y sumergirse en su cultura”.
El calendario aprieta a los promotores. La construcción deberá estar terminada como fecha tope el próximo 12 de agosto. Entre ese día y el 19 del mismo mes, se construirán los diferentes estands interiores, que son sufragados por cada uno de los equipos o empresas anfitrionas. Finalmente, la inauguración del Race Village tendrá lugar el jueves 22 de agosto y estará operativo hasta el 15 de noviembre, fecha en que se cierra al público y se procederá al desmontaje.
Una villa marinera
La villa marinera que se recreará en el Moll de la Fusta es compleja: dispone de tres partes bien diferenciadas: la Vila del Mar (1.500 metros cuadrados), el Carrer del Mar (500 metros cuadrados), y el Far y el Port (320 metros cuadrados).
En la Vila del Mar estarán los estands de las diferentes administraciones públicas y en él habrá exposiciones. Su cometido es informar al visitante de todos los detalles de la regata y dar a conocer el patrimonio cultural catalán. En ese espacio, se sitúa también la Plaça de la Vila, un espacio de 680 metros cuadrados que simula una plaza de una villa catalana, que incluye juegos para niños. En la Vila se incluyen también una recreación de una arcada, del ágora y de las casas de la plaza. En el espacio, se ubican los estands del Ayuntamiento, la Generalitat, la Diputación, la FBCN y Turespaña, que representa a la Administración General del Estado.
Materiales orgánicos e ignífugos
En el Carrer del Mar se ubican espacios con jardineras y tiendas relacionadas con el ocio, el descanso y la cultura. En este espacio se ubica un gran estand de Betevé, denominado Cada de BTV. También se recrean patios interiores de las casas catalanas. Por último, el espacio del Far i el Port es un referente lumínico “y que, con intervenciones plásticas en el suelo marcan el camino de ronda como nexo con el Puerto y el Carrer del Mar”. En este espacio se ubicará el estand de Port de Barcelona, el faro y el camino de ronda, típicos de la costa catalana.
Más de 2,5 millones de visitantes
Según el informe interno del FBCN, la Copa América es, según se especifica en las cláusulas del contrato, el tercer acontecimiento deportivo con mayor impacto económico y con más proyección, tras los JJOO y el Mundial de fútbol: la última edición fue vista por 941 millones de personas. En Barcelona, tendrá un impacto económico de 1.050 millones de euros y generará que nos visiten 2,56 millones de turistas durante el evento. Además, durante este verano y hasta que termine la competición, se instalarán en la ciudad 2.500 personas de los equipos deportivos y de organización. Por primera vez, además, en la historia de esta competición, se celebra la Copa América Femenina y la Copa América Juvenil.
“La celebración de una Copa América comporta una serie de actividades antes, durante y después del evento. Antes de la celebración es necesario planificar roda la gestión de la competición, construir o mejorar las instalaciones y probablemente mejorar algunas infraestructuras. Durante el evento, las principales actividades son la organización de las regatas, la organización de Proyectos de Legado para impulsar aquellos ámbitos de interés para la FBCN, la adecuación de las zonas para los espectadores y visitantes y otras relacionadas, mientras que después es preciso tener en cuenta el legado en forma, por ejemplo, del aumento del turismo, del desarrollo empresarial y la exposición de la ciudad sede de la competición”, dice el informe. Con esas credenciales, la Administración local barcelonesa vigila hasta el último detalle para que nada falle.