La batalla legal puede ser muy larga, aunque todo podría cambiar si hay una posibilidad de pacto, de que el Ayuntamiento “se mueva” de su posición inicial. La patronal de pisos turísticos, Apartur, se muestra firme y señala que la decisión del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, de retirar las licencias de pisos turísticos en 2029 muestra una clara voluntad: “Collboni ha optado por una forma de decrecimiento económico en Barcelona”, en palabras de Marian Muro, directora general de Apartur.

La patronal ha mostrado sus cartas, con su pesidente, Enrique Alcántara y la recién fichada como directora general, Marian Muro. Primero, “la voluntad de dialogar”, aunque no se ha percibido que la otra parte la desee. Según Alcántara, el equipo de Jaume Collboni no es receptivo ante un posible encuentro con Apartur. La medida es “política”, se considera, y lo que toca ahora es “ofrecer diálogo, pero también defender la seguridad jurídica”.

Marian Muro, directora general de Apartur / L. R.

En ese sentido, la patronal tiene previsto interponer una reclamación en la Unión Europea por la “vulneración de la directiva Bolkenstein”. Si la medida sigue adelante, el Ayuntamiento de Barcelona deberá sobre afrontar las reclamaciones de indemnización que podrían exigir los propietarios y gestores de las actuales licencias y que alcanzarían “miles de millones de euros”.

Porque, ¿cuál es el problema de fondo? Es lo que desea poner sobre la mesa Apartur. Si lo es la falta de vivienda en Barcelona, la patronal entiende que la administración tiene otras posibilidades. Una de las que se ofrece es que se destine “la totalidad” del recargo de la tasa turística, la que depende del Ayuntamiento, pero también la que está en manos de la Generalitat, para un fondo de “vivienda social”. Serían unos 100 millones de euros. El consistorio ha sacado pecho, en las últimas semanas, de una partida para refrigerar las escuelas, a partir de ese fondo sobre la tasa turística. “Eso está bien, pero no debería ser la prioridad, todo el dinero se debería destinar a vivienda social, ya que dicen que es un problema”, insiste Alcántara.

Los pisos ilegales "son pocos, unos 300 o 400"

La patronal entiende que la decisión de Collboni podría no ser definitiva. “El horizonte de 2029 queda lejos, no sabemos si seguirá siendo alcalde. Entendemos que esa posición es muy movible”, indica el presidente de Apartur.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni Europa Press

El sector quiere “desmitificar” todo lo relacionado con los pisos turísiticos, al considerar que no son un problema. Es menos del 1% del parque total de vivienda, indica Apartur. Hay unas 10.000 licencias turísticas, de las que están activas unas 7.500. Y los pisos ilegales “son pocos, unos 300 o 400”, y el Ayuntamiento, “ya en la etapa de Ada Colau”, está trabajando en ello, para acabar con ellos, según Alcántara y Muro.

El retrato robot de un propietario de piso turístico

Entonces, ¿qué debería hacer la ciudad? La patronal está abierta a posibles salidas. Una de ellas es que las licencias turísticas se puedan renovar con otros propietarios. Es decir, que en ese horizonte de 2029 se pudiera entrar, incluso, en alguna operación de sorteo para que otros se pudieran beneficiar de ello. El sector entiende que fue una oportunidad para unos pocos, aquellos que sólo por unos 200 euros lograron tener una licencia turística, en el periodo de Xavier Trias como alcalde. En muy poco tiempo se cerró la posibilidad. "La mayoría son pequeños propietarios, con solo un piso turístico. El retrato robot es de una persona de unos 60 años que invirtió en un piso y que obtuvo la licencia, y que ahora le sirve para complementar el sueldo", señala Alcántara. 

Los ingresos medios, según la patronal, son de unos 35.000 euros, pero sin descontar los gastos de gestión y de limpieza de los pisos. La patronal está abierta a una mayor fiscalidad, a mayores controles, pero entiende que una parte importante del turismo necesita esa oferta de pisos turísticos. "Lo hemos visto en periodo de congresos, de ferias, en festivales como el Sónar. Es una parte muy grande, un 40% del turismo. Y cubre unas necesidades que no dan los hoteles, como la que tienen familias con hijos, que no pueden pagar dos o tres habitaciones de un hotel en una ciudad como Barcelona", precisa Alcántara. 

Un piso turístico en el centro de Barcelona

Para Marian Muro, ex directora de Turisme de Barcelona, lo que se ha querido conseguir no se dará. "Se dice que esos 10.000 pisos turísticos se pondrán a disposición de la oferta de vivienda residencial. No está nada claro que suceda. Muchos querrán vender ese piso, después de haber hecho importantes reformas. Lo que no se entiende es que no se haga nada con otros negocios. Porque se puede disponer de un piso para un despacho de abogados, por ejemplo. Mañana mismo se puede abrir uno". 

¿Modelo para el resto de ciudades?

El malestar es enorme. La patronal espera alguna reacción por parte del Ayuntamiento que no llega. Por ahora no están previstas reuniones o intercambio de propuestas. El sector augura un verano muy bueno para el turismo, con algo menos de visitas en el mes de julio, pero que se espera compensar con agosto y septiembre, con la atracción de la Copa América. Los turistas que se esperan llegarán, principalmente, de Francia, Estados Unidos y Reino Unido, por ese orden. "Entre el 85% y el 90% de las plazas estarán ocupadas", remacha Alcántara.

Entonces, ¿puede ser Barcelona un modelo para otras ciudades, como ha señalado Collboni? "Para nada, nadie está diciendo que acabará con las licencias turísticas", sentencia Muro.