La crisis de la vivienda en Barcelona está lejos de resolverse. La capital catalana adolece de una falta de pisos cronificada que solo puede solucionarse con la colaboración público-privada y mirando al área metropolitana, es decir, los municipios de la periferia.
Así lo han concluido el presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Catalunya, Xavier Vilajoana, el arquitecto y director gerente del IMPSOL, Amadeu Iglesias y el portavoz y responsable de la Asesoría Jurídica de la AIC y del COAPI, Carles Sala. Lo han dicho en el marco del II Foro Barcelona Desperta, que se celebrará hasta el viernes, 27 de septiembre, en el Palau Macaya.
La capital catalana está constreñida por el mar y la montaña, por lo que la capacidad de ampliarse es muy limitada. La situación se agrava cuando la legislación aprobada en los últimos años "dificulta la construcción de vivienda nueva", desembocando en una "situación muy preocupante", explica Vilajoana.
Iglesias, por su parte, anota que el IMPSOL tiene en marcha la construcción de 10.000 viviendas. Una cifra, no obstante, insuficiente, debido a la alta demanda que tiene la urbe.
Colaboración público-privada
Pero, ¿cómo arreglar este entuerto? En primer lugar, apuestan por la colaboración público-privada. "La administración, ni en el corto ni en el medio plazo, va a poder sustituir al sector privado para dar respuesta a la tremenda demanda que hay en este momento". "Las administraciones públicas no tienen la capacidad presupuestaria para dar solas respuesta a la necesidad de nuevos inmuebles", han coincidido.
Pero también es necesario evitar "las medidas coactivas" que restan seguridad jurídica al mercado inmobiliario, puntualiza Sala, que pronostica que la crisis de vivienda "va a agravarse en los próximos años".
Área metropolitana
La falta de espacio en la capital puede remediarse con los municipios metropolitanos. Localidades que sí tienen todavía capacidad de expansión. No obstante, inciden en la necesidad de conexiones eficaces y eficientes para garantizar la movilidad.
Así las cosas, la receta para atajar la problemática pasan por "una mira a largo plazo, garantizar la seguridad jurídica a promotores y propietarios, presupuestos y diálogo con los sectores", sentencia Sala.
Nueva vivienda
Pero otro elemento que puede ser determinante, apuntan Vilajoana e Iglesias, es abrir la mentalidad respecto a la nueva vivienda. Se pueden dividir antiguos inmuebles, de forma que de uno salgan tres más pequeños, apunta el primero, mientras que el segundo reclama una "mentalidad abierta" con las nuevas viviendas porque "las del futuro no podrán ser como las del pasado y el presente".
Cesión de suelo
Pero no hay vivienda nueva sin suelo y, para conseguirlo, plantean una cesión del espacio en propiedad de organismos estatales, como el Ministerio de Defensa, la Sareb o Renfe, entre otros.
Con todo, coinciden en que la crisis de la vivienda en Barcelona está lejos de solucionarse y no hay una fórmula mágica para gestionar el problema, sino que se requiere de un diálogo de todos los sectores implicados.