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El fabricante de colchones Dormity ha experimentado una notable recuperación económica durante el último trienio, tras sufrir una auténtica pesadilla durante la pandemia del Covid como consecuencia del confinamiento dictado por el Gobierno.

El negocio lo fundó Daniel Sánchez Farrán en 2009. Este promotor es descendiente de una saga catalana de fabricantes de artículos de descanso.

Factoría colchonera

La sede de Dormity radica en Terrassa. La producción se lleva a cabo en su planta fabril de Rubí, de 5.000 metros cuadrados.

En el recinto se manufacturan los colchones y las tapicerías, que luego se expenden por medio de su entramado comercial.

Clausuras y aperturas

La compañía desplegó el año pasado una intensa actividad. Bajó la persiana de siete puntos de venta que no arrojaban el rendimiento esperado. A la vez, estrenó otras tantas.

Tras estos movimientos, culminó el curso con los mismos 63 locales que poseía al inicio.

De ellos 18 radican en Barcelona. El resto se reparte por otras capitales catalanas, salvo dos en Bilbao, dos en Palma de Mallorca y uno en Andorra, Barakaldo, Vitoria, San Sebastián, Navarra y Zaragoza.

Resultados

La cifra de negocio se mantuvo estancada en el entorno de los 23,5 millones. En cambio, las partidas de las ganancias mostraron sensibles mejoras.

El beneficio de explotación se disparó un 53% y llegó a 2,3 millones. Mayor aún fue la ascensión del beneficio neto después de impuestos. Se catapultó hasta 1,3 millones, con alza de un 62%.

El año 2020, golpeado por el coronavirus, había contabilizado unos números rojos de 1,4 millones.

DORMITY EN CIFRAS (en millones de €)

Año Ventas Resultado
2023 23,5 1,3
2022 23,7 0,8
2021 22,9 1
2020 18,9 -1,4
2019 22,7 -0,005
2018 25,2 0,4

Patrimonio

Dormity escritura unos escasos fondos propios de 2,4 millones. Se propone continuar el desarrollo durante los próximos ejercicios y extender sus tentáculos empresariales a otras capitales.

Sin embargo, toda iniciativa queda sujeta al acuerdo de reestructuración de la deuda suscrito con sus prestamistas, que obliga a cumplir determinadas ratios financieras y limita las actuaciones expansivas.

Acreedores

El primer convenio con la banca lo suscribió en 2019. Pocos meses después explotó la pandemia y resultó de imposible cumplimiento.

Dormity se vio forzada a pactar la novación del pacto con sus acreedores. El pasado año se empleó a fondo para amortizar pasivos y consiguió rebajarlos de 5,2 a 3,5 millones.

En 2024 ha vuelto a la mesa de negociaciones con la banca para cancelar el acuerdo vigente y suscribir otro que le facilite recursos adicionales y aminore la carga de intereses.