El Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) ha apostado por acelerar el crecimiento del DFactory para dar impulso a su apuesta por la industria 4.0. Para ello, realizará una inversión de entre 50 y 70 millones de euros, que se destinará a una ampliación de techo de 30.000 metros cuadrados para nuevas empresas.
Para el incremento de este espacio, el CZFB busca “grandes corporaciones con decisiones globales, empresas de primera creación y espacios de laboratorios”.
La previsión de la empresa pública pasa poner en marcha este nuevo espacio a finales de 2026, tras lo que se abordará una nueva ampliación para la que todavía no se han marcado fechas.
Innovación
Blanca Sorigué, directora general del CZFB, ha destacado el papel de la compañía pública como “uno de los principales agentes de promoción económica de Barcelona y de todo el territorio”, y ha resaltado la necesidad de “aportar innovación” para asentar un distrito 4.0.
La directora ha señalado que la entidad ejerce como “nexo entre el sector público y el privado”, y ha remarcado el rol de la sociedad pública para lograr el “desarrollo económico y social del territorio, la generación de puestos de trabajo realmente productivos y la digitalización de la industria”.
Transformación del polígono
Pere Navarro, delegado especial del Estado en el CZFB, ha recordado la voluntad de “transformar el interior del polígono”, con medidas como la “mejora de la movilidad” y, concretamente, del “transporte público colectivo”.
El delegado también ha señalado la ejemplaridad del polígono para la “implantación de placas fotovoltaicas que puedan dar servicio a las empresas vecinas”, así como la reserva de un tramo de la calle 3 “para hacer pruebas con vehículos eléctricos”.
Correos
Respecto a la compra proyectada del edificio de Correos de la Via Laietana para su reconversión en hub tecnológico, Navarro ha señalado la problemática con la tasación del edificio, que se aproxima a los 60 millones de euros pese a que el edificio, con su uso actual, tendría un coste de 20 millones.
Pese a ello, se ha mostrado optimista con la posibilidad de desencallar la situación y dotar a la edificación de una segunda vida.