Comprar viviendas okupadas se ha convertido en una práctica cada vez más habitual en Barcelona. Aunque no es un fenómeno nuevo, en los últimos meses se ha detectado un repunte significativo.
Agencias inmobiliarias y plataformas de compraventa reportaron a Metrópoli hace unos meses un aumento en los anuncios de pisos ocupados que se ofrecen hasta un 60% por debajo del precio de mercado.
En barrios como Sant Ramón, por ejemplo, se anuncian viviendas de 85 metros cuadrados por apenas 25.000 euros.
Lo que antes era una práctica residual, ahora se ha convertido en una tendencia al alza, sobre todo en zonas periféricas de la ciudad y del área metropolitana.
Una oportunidad de inversión… con riesgos
Este auge ha captado el interés de inversores particulares, que ven en estas propiedades una forma de obtener rentabilidad.
Sin embargo, se trata de un mercado de alto riesgo, donde el beneficio depende de gestionar la desokupación, asumir los costes legales y reformar el inmueble.
Anuncio en Habitaclia de un piso okupado en venta en Sant Ramón, Barcelona
Es en este contexto donde se enmarcan las declaraciones de Pau Antó, inversor inmobiliario y creador de contenido especializado, quien ha compartido en TikTok su experiencia personal.
“Es una buena idea, pero no a cualquier precio”
En un vídeo que ya supera las 150.000 visualizaciones, Antó explica que ha comprado pisos okupados en el pasado, pero advierte: “Es una buena idea, pero no a cualquier precio”.
Según su experiencia, la clave está en el precio: “Si tú me vendes algo con un problema, lo tienes que vender más barato. Y evidentemente, por las molestias, por el riesgo que puede implicar esto, tienes que conseguir un descuento que sea rentable”.