Una alianza --tal vez-- improbable, pero amparada por el respeto a la legalidad. Los sindicatos y el Gremi de Restauració de Barcelona hacen la pinza a las macropanaderías. Las dos entidades se dan la mano en poner límites a un sector cuya rápida expansión lleva años haciendo saltar las alarmas por cómo afectan a los comercios tradicionales de su entorno, pero también por las pobres condiciones laborales de sus trabajadores.
Hace cerca de una semana el sindicato UGT aprobó con la patronal un nuevo convenio colectivo que contemplaba mejoras en las condiciones laborales, pero también aglutinar a todos los empleados de locales en los que se sirva comida o bebida para llevar o para consumo en local o terraza como trabajadores de hostelería.
Ello, de facto, implica reconocer a los trabajadores de los establecimientos de cadenas como Vivari, 365 y El Fornet, entre muchas otras, como camareros de pleno derecho. Por lo pronto, ese cambio dispara su sueldo entre 300 y 400 euros al mes, además de mejoras en cuanto a vacaciones, permisos y libranzas.
Pero cabe esperar resistencia del sector, algo que tienen en cuenta desde UGT, según han explicado a Metrópoli. El nuevo marco ya está ratificado y a la espera de una fecha de firma para que entre en vigor. ¿Cómo hacerlo cumplir? Desde el Gremi de Restauració ya advirtieron a este digital que debía ser cometido de los sindicatos, a quienes daban pleno apoyo en esta materia.
Hacer cumplir el convenio
En este sentido, los representantes de los trabajadores disponen de distintos mecanismos. El primero y más evidente es a través de sus secciones sindicales, que garantizan el cumplimiento de este nuevo marco legal.
Si bien sí existe representación sindical en algunos de estos actores, como en la catalana 365, no están presentes en todos los actores que pugnan por hacerse presentes en las calles barcelonesas. En esta línea, recuerdan que los trabajadores pueden denunciar el incumplimiento del convenio que está por llegar a Inspección del Trabajo --también de forma anónima--.
Una macropanadería de la cadena Vivari de Barcelona
Además, los sindicatos pueden actuar de oficio, de forma que cuando detectan o sospechan de incumplimientos pueden hacer investigaciones y denunciar al ente laboral aun no teniendo representación en la empresa.
Estas son, explican, las tres principales herramientas para obligar al cumplimiento de la que está por convertirse en el nuevo marco legal.
Presión del Gremi de Restauració
Por otra parte, desde el Gremi de Restauració aseguran que seguirán presionando por la vía de la normativa de usos. En los últimos años, la organización que dirige Roger Pallarols ha sido el principal actor en lo que a denuncias emitidas se refiere.
Contactados por este digital, detallan que el pasado junio denunciaron unos 80 establecimientos por incumplimientos varios, una función con la que siguen comprometidos.
Imagen de archivo de una macropanadería de Santa Gloria en Barcelona
No obstante, "lo que nos cuesta mucho es saber qué hace luego la administración. Lo pedimos por la vía de la Ley de Transparencia, pero se inventan excusas para no dar información. De todas formas, nosotros seguiremos picando piedra".
Dos actores, cada uno con un cometido distinto. Unos velan por el interés del comercio, otros por el de los trabajadores, pero coinciden en plantar cara con sus armas a un sector que definen como intrusivo con la hostelería y comercio tradicional y que, en muchos casos, se beneficia de convenios con menor remuneración, como el de la panadería.
