Los unicornios, esas criaturas mitológicas, no existen. Pero funcionan en los relatos que los humanos se han creado. Y con ese nombre que se conoce a las empresas tecnológicas que han alcanzado los mil millones de dólares de valoración. Pero, ¿qué hay detrás? “Los unicornios no existen y Wallbox sí”. Esa es la sentencia de Enric Asunción, CEO de Wallbox, que este jueves debatió sobre innovación digital y empresa junto a inversores y otros responsables de empresas tecnológicas, como Oscar Pierre, CEO y cofundador de Glovo en las jornadas del Círculo de Economía.

¿Qué quería decir Asunción? En un debate centrado en la necesidad de encontrar talento para las empresas tecnológicas y financiación, la pregunta que planeó en todo momento fue la necesidad de que las empresas que se llegan a constituir y se consolidan mantengan su propia independencia, sin que se vean forzadas a vender a un tercero.

RONDAS DE FINANCIACIÓN

La cuestión, lanzada por el moderador, el economista Jordi Gual, era oportuna, justo cuando todo el ecosistema todavía digiere la venta de Glovo a Delivery Hero. Puede ser un elemento positivo para el conjunto o la muestra de que, en realidad, las tecnológicas pueden convertirse en instrumentos financieros para el capital que circula por todo el mundo.

El co-fundador de Glovo, Oscar Pierre, el CEO de Wallbox, Enric Asunción, el presidente de Indra, Marc Murtra, la cofundadora de Vilynx, Elisenda Bou y la socia fundadora de SEAYA Ventures, Beatriz González / El cofundador y CEO de Glovo, Oscar Pierre / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

Elisenda Bou, cofundadora de Vilynx, señaló un problema que se ha solventado. “Lo que no puede ser es que se venda una empresa de forma precipitada, cuando todavía tiene una dimensión pequeña. Pero era la solución hace unos pocos años, porque no se encontraba financiación para seguir creciendo. Sin embargo, ahora no, el dinero está, hay rondas importantes de financiación. Entonces lo que se debería generar es una actitud más potente para seguir adelante, porque no hay necesidad de vender”.

Bou hacía suyas las palabras de Asunción, que se había referido a su propia experiencia. “La idea que tuvimos es que se podía salir a bolsa y seguir nosotros con la empresa, con el convencimiento de que podíamos hacerlo solos. Queremos ser los líderes mundiales en este sector –cargadores eléctricos para la movilidad eléctrica— y la mejor fórmula era esa salida a bolsa".

El primero en contestar, sin embargo, había sido Oscar Pierre, cofundador de Glovo. Dejó claro que, en su caso, era ya “muy tarde”, y que se había encontrado una empresa en el mismo sector como la alemana Delivery Hero.

CÍRCULO VIRTUOSO

Pero esas ventas, ¿son perjudiciales para todos? Al rescate acudió, de nuevo, Asunción. El ecosistema tecnológico fluye, con rondas de capitales, con ideas nuevas y talento internacional. Y se crea un “círculo virtuoso” que es positivo. ¿Cómo? “Nosotros pensamos que lo podíamos hacer solos, pero la venta de empresas no es algo negativo, como prueba el caso de Glovo, porque a los propios socios y fundadores les proporcionará capital que invertirán en otras compañías y fomentarán que otras tengan éxito, generando un círculo constante”.

Beatriz González, socia fundadora de Seaya Ventures, consolidó esa idea, al señalar que, desde el sector de los fondos de capital, es mejor saber esperar, y no vender de forma precipitada, con el objeto de generar más beneficios y “ofrecer confianza” a los inversores.

En el debate intervino también Marc Murtra, presidente de Indra, que centró más su intervención en la necesidad de invertir en talento, en expertos que generen valor.

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