El día 1 de junio los últimos presos de La Modelo abandonaran sus celdas. El 15 de septiembre, los alumnos de P3 empezaran sus primeras clases en el histórico centro penitenciario de Barcelona. Eso sí, en barracones. L'Eixample ampliará de cara al curso que viene su oferta pública en tres escuelas nuevas y ocho líneas escolares más, con el objetivo puesto en reducir los grupos extraordinarios en los actuales centros educativos.
Tal como ha anunciado la regidora del distrito de L'Eixample, Montse Ballarín, la construcción de los centros responde a la creciente demanda de plazas públicas por parte de los vecinos del distrito. Una elección que vincula a la “mejor valoración” que tienen los ciudadanos respecto a la educación pública.
EL FUTURO EDIFICIO, EN EL AIRE
Por ahora se desconoce si la nueva escuela de La Modelo se hará encajar en una de sus naves a rehabilitar, o bien se emplazará en un bloque de nueva construcción. Para pensar en ello, el consistorio dispone de tres años. Los mismos que tardarán los 50 alumnos de P3 en llegar a primero de primaria. Si en ese momento no hay el edifico construido (o rehabilitado), el Consorci d'Educació de Barcelona tendrá un problema de espacio con los alumnos.
De hecho, el problema del espacio es el quid principal en el distrito de l'Eixample. Una cuestión a la que el Ayuntamiento ya ha querido dar solución con la suspensión de licencias en 10 solares destinados a acoger equipamientos privados. Más allá de la escuela de la Modelo (bautizada provisionalmente como Eixample 1), el Consorci también pondrá en marcha otros dos centros en las calles de Roger de Flor y Cartagena. Un total de siete líneas a las que se les sumará una octava en un centro Pere Vila del Fort-Pienc. La matriculación se podrá hacer de aquí a unas semanas.
Tal como ha apuntado la vicepresidenta del Consorci d'Educació de Barcelona, Laia Ortiz, los módulos prefabricados y los solares serán financiados por el Ayuntamiento de Barcelona. La instalación de estos barracones busca presionar ahora a la Generalitat a apostar por la construcción de los centros educativos definitivos, ya que estos son su competencia y no la del consistorio.